Se supone que Michael Schumacher está vivo y que lucha contra la muerte desde hace dos años. Hay que creer a sus ocasionales portavoces y a la familia que muy de vez en cuando hace alguna declaración pública... o algunos medios dicen que han dicho. Desde el 29 de diciembre de 2013 los millones de seguidores del heptacampeón mundial de Fórmula 1 no han podido ver una sola imagen del expiloto y, lo que más les inquieta, las noticias oficiales sobre su estado de salud son escasas y difusas.
Aquel aciago día, Schumacher se cayó mientras esquiaba con su familia y unos amigos en Méribel (Alpes franceses) y, fuera de pista, se golpeó con una roca en la cabeza. El casco que llevaba se rompió y sufrió graves lesiones cerebrales. Un helicóptero le trasladó al hospital de Grenoble, donde se le mantuvo durante meses en coma inducido.
La puerta y alrededores del hospital francés se llenaron de medios de comunicación y fans durante los días siguientes. Incluso un periodista disfrazado de sacerdote entró en el hospital y estuvo a punto de acceder a la habitación de Schumacher en busca de la foto morbosa del año.
En junio de 2014 salió de la clínica gala para ingresar en un hospital de Lausana (Suiza). Durante este traslado tuvo lugar otro capítulo que acabó por cerrar el ya exiguo caudal informativo en torno a Schumacher. Así, un empleado de la empresa de helicópteros en la que viajó el expiloto desde la clínica de Grenoble robó el historial médico del deportista alemán. El sospechoso, tras ser detenido, se ahorcó en la celda.
Tres meses después, en septiembre, su representante anunció que Michael continuaría la rehabilitación en casa, en la también suiza localidad de Gland, atendido por un equipo de médicos y terapeutas.
"En las últimas semanas y meses ha hecho progresos con respecto a la gravedad de su estado, pero hay un camino duro y largo por delante", señaló entonces Sabine Kehm, agente del expiloto. A partir de ahí, silencio y periódicas especulaciones en algunos medios de comunicación, sobre todo en los populares tabloides británicos y alemanes.
El último rumor fue publicado hace apenas unos días en Bunte, revista dedicada a noticias del corazón. Citando fuentes del entorno de Schumacher, este medio germano aseguraba que el expiloto "está muy delgado, pero ya puede andar un poco con ayuda de sus terapeutas. Es capaz de dar un par de pasos. Y también puede levantar un brazo".
La revista asegura que se trata de un rayo de esperanza en su recuperación después de las graves heridas sufridas en la cabeza y de permanecer 159 días en coma inducido.
Esta información fue rápidamente desmentida por Sabine Kehm. "La afirmación de que puede andar no se corresponde con los hechos", afirmó sin embargo en el diario Bild la representante del expiloto, que tacha de "irresponsables" esas "especulaciones".
Kehm pide respeto para la vida privada de Schumacher y su familia y pide también responsabilidad a la hora de informar sobre su estado de salud para no dar falsas esperanzas a muchas personas preocupadas por el deportista.
En esa misma se ha manifestado el abogado de la estrella alemana de Fórmula 1. "El accidente en sí fue un hecho de actualidad, sobre el que hay derecho a informar", concedió el letrado de Schumacher, Felix Damm, "pero ahora que comienza la recuperación, será necesario excluir a la opinión pública de los lugares donde tendrá lugar, que son el hospital y su vivienda privada".
El representante legal de la familia del campeón considera que "no existe el derecho a informar a la opinión pública". Aún así, los Schumacher entienden el interés público por el estado de Michael: "Entiendo que haya gente a la que le interese, honradamente, saber cómo está", dijo Damm en un documental de la televisión bávara. "Pero también tienen que entender que ahora que ya no compite, tiene derecho a vivir en su propia esfera de privacidad", añadió.