Los servicios regionales de la televisión "France 3" revelaron que ocho jugadores del Montpellier, campeón de Francia vigente y en nueve de las últimas diez temporadas, están siendo investigados por su presunta responsabilidad en una derrota amañada el pasado 12 de mayo frente al Cesson-Sévigné, y que están programados varios arrestos en los próximos días.
El partido se jugó cuando la formación en la que milita Nicola Karabatic ya tenía garantizado el título y, presuntamente, se amañó con la complicidad de varios directivos del club, de forma que varias personas próximas se encargaron de apostar en su contra para llevarse las ganancias del juego.
De hecho fue la empresa pública de loterías La Française des Jeux la que puso en conocimiento de la policía las anomalías que detectó antes del partido, ya que el volumen de las apuestas había sido cuatro o cinco veces superior a lo habitual para ese tipo de encuentros.
Además, las apuestas se referían al resultado en el descanso del encuentro y no al final, lo que alimentó más las sospechas.
De acuerdo con "France 3", la policía judicial de Montpellier descubrió que las esposas o parejas de los jugadores y de otros responsables de Montpellier habían apostado contra el club en tres estancos en tres puntos del país bien distintos.
Según diversos medios, uno de los apostantes fue Luka Karabatic, jugador del Montpellier y hermano de la estrella del Montpellier, y su esposa Jeny Priez, presentadora de televisión.
Tanto Luka como Nicolas Karabatic, al igual que otros jugadores importantes del club, no disputaron aquel encuentro.
Según "France 3", tanto el presidente del club, Rémy Lévy, como el entrenador, Patrice Canayer, han sido ya interrogados por la policía.
"Voy a defender el honor del club. Los jugadores citados tienen derecho a la presunción de inocencia, hay que esperar a los resultados de la investigación", señaló Lévy.
El presidente negó que el Montpellier esté implicado en las apuestas ilegales, aseguró que los jugadores conocen la reglamentación sobre las apuestas y anunció que el club se personará en la causa para defender su honor.
El escándalo puede manchar la imagen del balonmano en una temporada en la que ese deporte tenía muchas espectativas puestas en Francia. El tradicional monopolio del Montpellier, ganador de 13 de los últimos 15 títulos, se ve amenazado por la irrupción del París Saint-Germain, que se ha reforzado con el dinero de los nuevos propietarios cataríes de la entidad.
La ministra francesa de Deportes, Valérie Fourneyron, agradeció en un comunicado la colaboración de La Française des Jeux. "Ningún país ni ningún deporte está a salvo de los riesgos de fraude ligados a los partidos amañados. Francia está plenamente movilizada para luchar contra esta amenaza importante que ha mostrado su eficacia tanto en las apuestas físicas como en línea", indicó la ministra.
Los jugadores de balonmano tienen prohibido participar directa o indirectamente en las apuestas relativas a su deporte. El amaño de un partido puede ser sancionado hasta con tres años de cárcel y 15.000 euros de multa. La participación en apuestas con hasta 25.000 euros de sanción y seis partidos de suspensión.
Los interrogatorios podrían continuar en los próximos días, cuando el equipo regrese de Alemania, donde este jueves disputa el primer partido de la Liga de Campeones frente al Flensburg.