A Florentino Pérez le dolió especialmente que la Comisión Antiviolencia, liderada por Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, y Javier Tebas, presidente de la LFP, propusiera sancionar al Real Madrid. El dirigente presumía de haber desterrado a los violentos del fondo sur del estadio Santiago Bernabéu, pero los símbolos y los gritos surgidos de la nueva ubicación de la llamada Grada de Animación le costarán esa advertencia.
El Real Madrid ha decidido dar un puñetazo en la mesa y situarse al mando de la lucha contra la violencia, para así demostrar el error de la Comisión Antiviolencia al señalar al club para recibir una sanción. Para ello ha colgado en su página web símbolos racistas y xenófobos que prohibe terminantemente entrar en su estadio y avisa a sus socios y aficionados que la "introducción y/o exhibición de estos símbolos o sus semejantes en cualquier formato o soporte conllevará la apertura inmediata de un expediente disciplinario por parte de la Comisión de Disciplina Social del club" ya que se trata de una "simbiología motivo de sanción por parte de los diferentes estamentos nacionales e internacionales".
Advierte además que cuenta con una zona videovigilada', en la que "la imagen (de los aficionados) será incorporada en los ficheros de datos personales del Real Madrid y tratada para las finalidades de identificación, control y seguridad". Este dispositivo permitió expulsar en en el partido ante el Celta a 17 socios, quienes por realizar cánticos ofensivos contra Leo Messi, el Barça y Catalunya.
