Rafa Nadal ha perdido este año siete de los nueve partidos que ha disputado contra los diez mejores jugadores del mundo. Eso es lo habitual en los tenistas comunes, pero bajo ningún punto de vista la carrera de Nadal puede ser analizada en los parámetros de la normalidad. Él siempre fue el líder de la manada, el que se salía del grupo para ser considerado especial.
Entonces ¿qué ha pasado? ¿cuál es la pieza que se ha roto y ha puesto a Nadal al lugar en el que nunca estuvo? Lo obvio, lo objetivable, es que no es el mismo. Sigue entre los diez mejores, ha ganado algún torneo menor, pero es solo uno más. No llega a la pista como antes, con la vitola de favorito y la sensación de que solo le podía parar alguna fuerza de la naturaleza.
“Lo extraño para mí es que nunca antes haya tenido parones”, reflexiona Tati Rascón, entrenador y gran conocedor del circuito masculino. “Lo hemos visto en muchos cracks, volver después de tener lesiones cuesta y lo que le ha pasado ahora es lo normal, necesitar tiempo, mucho tiempo incluso, para retomar sensaciones”, abunda el técnico. “Desde el principio de la temporada, desde el año pasado incluso, ha tenido una falta de continuidad que le ha provocado ansiedad y dudas. Eso le ha hecho perder partidos que nunca debería haber perdido, en Doha, en Río, en el Godó, en Miami… ”, explica Rafael Plaza, director de TennisTopic y un nómada del circuito que va de torneo en torneo siguiendo al mallorquín.
"Físicamente está bien, lo que ha tenido es un problema de confianza para ganar lo que ganaba antes", explica Albert Costa
El problema, según los expertos no se corresponde a ningún problema físico, ni siquiera a que no esté en la forma óptima para desarrollar su juego. “Físicamente, por lo que me dicen a mí, está muy bien, no tiene ningún problema. Se tiene que cuidar, pero este año no ha tenido nada. Lo que ha perdido es confianza para ganar lo que ganaba antes”, comenta Albert Costa, que fue capitán de la Davis, tenista de élite y conoce bien a Nadal. “De físico está bien, no tiene problemas importantes, pero sí es cierto que no es el de 2005 y 2006. No puede correr como antes, no defiende lo que defendía antes ni recupera las bolas que recuperaba. Si se ve la final de Roma con Coria en 2005 y se le ve que no es el mismo Nadal. Han pasado 10 años y el cuerpo lo nota”, comenta Plaza.
Rascón también cree que las piernas de Nadal ya no mueven el vigor que se notaba antes. El español se distinguió siempre por su velocidad y defensa, por esa capacidad de nunca dar por perdida una bola y ahora, aunque no haya lesiones ya hay sitios a los que no llega. “Nadal ahora mismo no es el defensor que normalmente era cuando jugaba esos partidos ajustados. Antes llegaba a todo, siempre ponía una pelota más en juego, un poco lo que Djokovic exhibe ahora”, cuenta el técnico madrileño. “Le están fallando dos de sus claves, la cabeza y la defensa”, resume.
La continuidad
Durante la temporada ha tenido ráfagas de genio, momentos en los que parecía que el torbellino había vuelto para quedarse y que Nadal volvía a ser Nadal. El problema, tan común en el tenis, tiene que ver con la consistencia. “Ahora, aunque hay momentos en los que juega a buen nivel, no es capaz de encontrarse, tiene altibajos, es una montaña rusa cuando eso jamás lo ha tenido”, cuenta Rascón. “No ha conseguido durante el año encadenar dos semanas de juego buenas, ha tenido torneos, como Montecarlo, pero después en el Godó pierde, jugó bien en Madrid, pero no lo mantuvo”, relata Rafael Plaza.
“Yo creo que lo que le falta ahora es la confianza para ganar partidos importantes”, opina Costa. Nadal ha pasado los últimos meses diciendo en rueda de prensa que está bien y que los pasos que se están dando son los correctos, aunque luego los resultados no salgan. “Ha sido tan excelente que es muy difícil que se convenza de lo que es capaz cuando, después de haber preparado bien un partido, luego no le sale. Al final he perdido. Eso te mina. El problema es que por más que trabajes, por bien que lo hagas para motivarte, si los resultados no acompañan el resto no funciona. Aunque el trabajo bien hecho al final llega”, cuenta el entrenador Rascón.
“La confianza la ha perdido a día de hoy, pero me deja tranquilo porque le veo con mucha ilusión, tiene que ganar un torneo grande”, cuenta Costa, como remedio para desbloquear la situación. “Se le ve convencido cuando dice que sabe cuál es el camino para volver a ser competitivo. Desde Roland Garros repite que va a salir de esta situación y va a pelear por títulos competitivos, que está en el buen camino y que la prensa no sabía lo que había pasado este año. Si él en la derrota con Fognini, que es una derrota dolorosa, ve cosas positivas, habrá que creerle”, opina Plaza desde Nueva York, donde vio ese partido con el italiano en el que se derritió como un azucarillo cuando tenía una ventaja de dos sets. Solo había que verle salir de la pista para entender lo contrariado que está con tanta derrota después de hacer un buen trabajo.
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El respeto
El tenis, como el deporte profesional en general, tiene algo de jungla. Hay unas jerarquías establecidas y aceptadas que los jugadores quieren reventar pero, la mayor parte de las veces, no pueden. El nombre se hace con el tiempo y la constancia, pero se puede perder rápido. La flaqueza de Nadal no solo conlleva mermas en su juego, también una cierta pérdida de respeto en el rival del otro lado de la red. Hoy todo el mundo cree que puede ganar al español.
“Tener un tío como Nadal enfrente antes era como dar por perdido un set y medio; eso lo ha perdido, no hay el mismo respeto. Le ven vulnerable y por eso le cuesta más cerrar partidos”, explica Tati Rascón. “Tiene que trabajar más para ganar a jugadores que en otro tiempo le hubiese resultado más sencillo. Es un tópico, pero se cumple, los tenistas salen pensando que son capaces de ganar a Nadal, incluso a cinco sets, que ha sido históricamente uno de los retos más difíciles del tenis”, reflexiona Plaza.
"Los rivales le ven vulnerable y por eso le cuesta más cerrar los partidos", explica Tati Rascón
En algo coinciden todas las opiniones: volverá. Nadie lo duda, quizá porque es Nadal y nadie quiere pensar en una realidad en la alternativa en la que sea, como es hoy en día, solo un jugador normal. “El tema de la confianza se recupera ganando partidos, hay que hacer las cosas bien, estar preparado y luchar hasta que salga, eso lo está haciendo y si lo sigue manteniendo el nivel de ilusión y las ganas le saldrá en algún torneo”, comenta Costa.
“Si no se lesiona, dentro de un año o un año y medio, por su ambición y mentalidad, volverá a estar entre los tres primeros. Lo que ha hecho estos años no lo volveremos a ver, pero volverá. Ahora, se lo va a tener que jugar con otros que están arriba y con una mentalidad muy ganadora, muy parecida a la suya”, enuncia Rascón.
El técnico, gran conocedor del tenis, recuerda que lo que se ha visto en el tenis de los últimos años no es lo común. Federer, Nadal, Djokovic, la historia en tres nombres colosales, tres protagonistas de una época que han conseguido llevar al deporte a nuevas dimensiones. Entre ellos el del medio es el español, y eso supone también tener un ejemplo en el que fijarse.
“Cuando Federer empieza a perder con Nadal, el suizo no sabe como salir de ahí. Nadal les demuestra que Federer es vulnerable. Ahora, sin embargo, tiene 34 años y está jugando el mejor tenis de su carrera, es mejor de lo que era cuando lo ganaba todo. Ha sido capaz, él muestra el camino, porque ha tenido la ambición de seguir siendo bueno y el motor que les hace diferentes a los demás. Es verdad que está Djokovic por encima, pero porque se ha dado la circunstancia de que se han juntado tres jugadores de época; si no estuviera sería de largo el mejor del circuito”, señala Rascón.
“Él está con ganas y quiere mejorar y seguir aprendiendo y eso es lo que me deja a mí tranquila. En un mal momento tienes que entrenar y creer en ti mismo, y eso él lo está haciendo”, asentía recientemente la capitana española Conchita Martínez.
El banquillo
Queda por ver cuál es el camino que lleva de nuevo a la victoria. La prensa americana mira al banquillo, quizá porque es el recurso fácil. Nadal no podrá cambiar sus golpes, su juego o su mentalidad, pero nadie le impide buscar soluciones con nuevos maestros. No lo hará. Si algo ha dejado claro en todo este tiempo es que el problema no es de su entorno y que si vuelve a ser grande será en todo caso con la misma gente que previamente le catapultó a lo más alto.
“No va a plantearse cambiar cosas en su equipo, no lo va a hacer. Él mantiene la teoría de que el problema es suyo y no va a cambiar a nadie. Tampoco sé si eso le aportaría algo, a él le gusta salir de los problemas él mismo”, diagnostica Rafa Plaza. “Es normal, tiene dos entrenadores con suficiente nivel, tanto Francis Roig como Toni Nadal, que es un referente. Si él quiere mejorar e incluir detalles técnicos que le ayuden a no correr tanto ellos mismos pueden darle las soluciones”, opina Costa.
"Está intentando cosas nuevas que aún no tiene automatizadas, resta más metido en la pista y es más agresivo", comenta Conchita Martínez
“Ha sido grande con el entorno que ahora mismo tiene, si no creyese en ellos tendría que cambiar, pero si crees no tienes porque buscar otra cosa. Yo creo que lo que está haciendo es lo correcto. Yo, como mucho, introduciría algún elemento, algo concreto y diferente, un adjunto que pueda trabajar en algún punto específico”, explica Rascón.
En el juego del español sí que han cambiado algunos matices en estos meses, especialmente en la gira americana de pistas duras y ritmos vertiginosos. Lo explica Rafael Plaza: “Trata de ser más agresivo, especialmente después de lo que pasó en Montreal donde Nishikori le desarboló. Vimos un cambio de actitud en Cincinnati, restaba muy dentro de la pista, cosa que nunca había hecho con nadie sin importar si es buen sacador o malo”. También lo comentaba Conchita Martínez, la capitana española, la pasada semana: “Está intentando cosas nuevas que aún no tiene automatizadas, hablo de restar más metido dentro de la pista, jugar más agresivo y etcétera, pero cuando lo tenga todo automatizado, ya veremos”.
La Copa Davis
Las bases de la recuperación tienen mucho que ver con la confianza y en la Federación Española de Tenis confían en poder ayudarle. Nadal acudirá a Dinamarca para jugar la Copa Davis, un compromiso sin mucho nivel pero que ayudará al español a tener una rutina diferente, menos opresiva al ser por equipos. “A él le gusta mucho jugar con el equipo, se entrena como uno más, nunca pide nada diferente y se lo pasa bien, así puede tener entrenamientos competitivos con muy buenos jugadores y relajarse un poco; le vendrá bien estar con gente diferente”, cuenta un conocedor del entorno de la selección sobre el próximo viaje con España.
Allí, además, acudirá con su tío a pesar de que han pasado unos días duros, pues el pues el abuelo de Rafa, el padre de Toni, ha fallecido recientemente. Por eso no ha tenido contacto con el equipo estos días, no han querido llamarle ni molestarle, pero ambos acudirán a la llamada de Conchita y podrán preparar cosas juntos y, por qué no, también disfrutar de las divertidas convocatorias de Davis. “Le vendrá bien la confianza que le puede dar la Davis, donde salvo catástrofe mundial España va a pasar sin problemas. Él necesita ganar partidos”, resume Rafael Plaza.
Nadal ha cumplido 29 años. En otras épocas eso supondría el final de la carrera del tenista, pero la evolución física del deporte ha concedido unos años más de prórroga a los jugadores. Bien es cierto que él empezó joven, que desde muy pronto se batió con los mejores y que el cuentakilómetros marca muchas millas recorridas en su caso. También lo es que tiene voluntad y talento para volver, los que le conocen dicen que está trabajando de la mejor manera porque no quiere marcharse del tenis sin haber dado dos o tres golpes más en la mesa. La duda, sin embargo, solo será resuelta cuando pase el tiempo ¿será la voluntad de volver suficiente para conseguirlo?