Tras dejar de ser entrenador del Real Madrid Castilla, Alberto Toril ha querido despedirse con una carta abierta, la cual reproducimos a continuación y en la que llama la atención la mención especial que hace de José Mourinho, con quien tuvo muchos desencuentros, y la indirecta a los responsables directos de su destitución. "El Madrid nunca falla, fallan las personas", escribe.
Madrid, 21 de Noviembre de 2013
En primer lugar, quiero agradecer a la que siempre será mi casa, el Real Madrid, por haberme permitido formarme como entrenador en la cantera, como en su día me la dio para iniciarme como futbolista.
Esta será siempre mi casa, ya me fui una vez y volví para convertirme en un entrenador que ha pasado seis temporadas maravillosas llenas de éxitos, así que espero y deseo, es más estoy convencido, que volveré con más fuerza y experiencia, que esto es sólo un hasta pronto.
A lo largo de estos años he aprendido muchísimo de todos los entrenadores con lo que he coincidido: Pellegrini, Ancelotti (quisiera agradecerle a él y a su cuerpo técnico el trato que nos han dado y lo cercanos que han sido) y sobre todo me gustaría hacer una mención especial a Mourinho, él me enseñó a estar al máximo nivel, vivir situaciones nuevas y complejas de máxima responsabilidad que me ayudarán en el futuro.
También quería agradecer con todo mi corazón blanco a todos los madridistas por su apoyo y comprensión durante estos años. Me siento orgulloso de sentir estos colores. GRACIAS.
También mi gratitud a los medios de comunicación por su cariño, sensibilidad y el trato que recibí siempre. GRACIAS.
Y el mayor de mis agradecimientos, con todo mi corazón, a mis chicos, con los que he pasado los mejores momentos de mi carrera en la casa; desde el juvenil A, el Real Madrid C y el Castilla. Me han hecho crecer como entrenador pero sobre todo como persona. Junto a ellos mi camino ha sido mucho más fácil, solo tengo palabras de admiración hacia ellos. Me siento parte de su evolución, de sus logros, de verlos competir al máximo nivel y me llevo su corazón, confianza y esfuerzo por ser mejores cada día.
Me voy con la cabeza alta, habiendo dado todo, dedicado en cuerpo y alma a este club, pero con un sentimiento de injusticia, siempre he pensado antes en el club que en mi ambición profesional, pero esta vez el club no ha pensado en mí. Era la primera dificultad en estas seis temporadas y pensaba que la trayectoria valdría para tener más confianza y crédito por su parte. No he podido hacer las cosas como me hubiera gustado y sé que me voy sabiendo que la responsabilidad de la situación del equipo no es sólo mía.
Mi madridismo va mas allá; el Madrid nunca falla, fallan las personas. Agradecer de nuevo a todos los profesionales con los que he trabajado (médicos, utilleros, fisios, trabajadores de Valdebebas…). Un fuerte abrazo.
Hasta pronto ¡HALA MADRID!
Alberto Toril