Las diferencias en la cara de Begoña Gómez Fernández de un debate a otro saltan a la vista. En sólo siete meses ha experimentado un cambio importante en su rostro pero a la vez muy natural. Las arrugas han disminuido considerablemente y ello se debe al uso de ácido hialurónico y cóctel de vitaminas.
Estas últimas aportan al rostro una mayor luminosidad y lo rejuvenece, mientras que las inyecciones de ácido hialurónico es una manera rápida y fácil, sin tener que pasar por el quirófano, de rejuvenecer el rostro ya que hidrata, -atrae y retiene el agua-, da un aspecto más terso y rellena los tejidos.
Con estos retoques y como vemos en las imágenes, del antes y del después, Begoña ha conseguido eliminar las patas de gallo y suavizar las líneas de expresión, dándole un aspecto mucho más joven.
Estos trucos sumados a que cuida mucho su silueta, le llevaron a convertirse en el centro de las miradas y de los medios en el debate del pasado lunes. La mujer de Pedro Sánchez acude a un gimnasio cerca de su casa en el que hace aerobic y pilates.
De este modo Begoña, de 42 años, deslumbró enfundándose en un vestido de falda lápiz negro con decoración floral de Ted Baker, de algo más de 200 euros, y taconazos. Un look que complementó con su melena con ondas que le daban un aire más juvenil y moderno.