Tras los meses más complicados de su vida, la reina Isabel II toma impulso para la celebración de su esperado Jubileo de Platino. Unos festejos por los 70 años de su reinado, que la convierten en la única monarca británica en alcanzar tal logro. Y qué mejor manera de sorprender al mundo que expresando su “sincero deseo” para que Camilla Parker-Bowles se convierta en reina consorte cuando el príncipe Carlos sea rey.
A través de un comunicado, la reina Isabel ha mostrado su apoyo a la duquesa de Cornualles, quien heredará algunos de los grandes tesoros de la Familia Real británica. Tesoros como la corona de platino y diamantes que perteneció a la reina Madre, y que fue creada en el año 1937 para la coronación del Rey Jorge VI.
Considerada una de las joyas más espectaculares de todo el mundo, esta no es una corona cualquiera. Y es que está formada por algunas piezas cargadas de historia. Es el caso de famosos diamante Koh-i-Noor, de 108 quilates, que además de ser un codiciado tesoro, cuenta con una antigua maldición.
La maldición del diamante de la reina Isabel II
Aunque es considerado uno de los tesoros más preciados de la corona británica, y ocupa un lugar de honor en la corona de la monarca, este diamante, cuyo nombre significa ‘Montaña de Luz’, también es conocido como ‘el diamante más infame del mundo’. Además, cuenta con un ‘hermano gemelo’, el Darya-ye-Noor, conocido como ‘Luz del Mar’.
Descubierto en la India, algunas teorías aseguran que en torno al año 1304, este diamante pasó por las manos de gobernantes hindúes, mongoles, persas o afganos, que se enfrentaron durante años por él hasta que en el año 1977 llegó a las manos de la reina Victoria como parte de un botín cuando fue proclamada Emperatriz de la India.
La propiedad de esta piedra ha sido objeto de debate, e incluso se ha acusado a los británicos de robarla, siendo reclamada en varias ocasiones por países como India, Pakistán e Irán.
El 2 de junio de 1953, una jovencísima Isabel II se convertía oficialmente en la reina de Inglaterra luciendo la conocida como 'Corona de la reina Isabel', creada para la madre de la actual monarca durante la coronación de su marido, el rey Jorge VI.
Realizada en platino, cuenta con el diamante Koh-i-Noor, el más admirado y temido. Y es que sobre este diamante pesa una leyenda. Cuentan que cada vez que este diamante era sacado de su cofre, ocurrían una serie de desgracias, desde asesinatos, a trágicas muertes o guerras.
Varios escritos y expertos aseguran que sobre el diamante de la corona de la monarca pesa una maldición por la que: “Quien posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias. Solo Dios o una mujer pueden llevarlo con impunidad”.
Camilla Parker-Bowles se convertirá en reina consorte
Mitos o leyendas aparte, lo cierto es que en un futuro, será Camilla Parker Bowles quien luzca el codiciado diamante Koh-i-Noor sobre la corona que, previsiblemente llevará el día que su marido, el príncipe Carlos, sea nombrado rey.
Un momento que aunque muchos esperan tarde en llegar, podría ser en cualquier momento. El delicado estado de salud de la reina Isabel II en los últimos tiempos parece haber puesto en marcha la maquinaria para preparar el inevitable traspaso de poderes en la jefatura del Estado.
Según asegura el Daily Mail, el príncipe Carlos, quien ya mostró su intención de trasladar su residencia habitual de Clarence House al Palacio de Buckingham cuando accediera al trono, podría estar pensando adelantar sus planes. Al parecer, el heredero y Camilla Parker-Bowles estarían planificando su traslado para estar cerca de la reina Isabel II y comenzar a preparase para el cambio que está por venir.
Además, la prensa inglesa asegura que el príncipe Guillermo y Kate Middleton también podrían estar preparando las maletas para abandonar su casa, en el Palacio de Kensington, con intención de instalarse en el Castillo de Windsor.