Iñaki Urdangarin acaba de disfrutar de su segundo permiso penitenciario de seis días en Vitoria junto a su familia. Cada vez tiene más cerca su ansiada libertad y por ello, su entorno ya está moviendo los hilos pertinentes. Su mujer, la infanta Cristina, ha recurrido a su padre, el rey Juan Carlos I, para que le ayude una vez más.
Por ello el monarca emérito le está buscando “un trabajo en el extranjero” ya que es consciente de que “los reyes Felipe y Letizia no quieren tenerlo cerca”, según comenta Pilar Eyre en su blog de ‘Lecturas’.
Incluso, según la periodista, la amiga entrañable del rey emérito, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, podría ayudar al cuñado del rey Felipe VI. “Quizás se lo podría conseguir Corinna, que tenía una relación tan estrecha con Iñaki que lo llamaba, cariñosamente, ‘mi chico de oro’. ¿Por qué no?”.
Eyre señala que hace ya años la empresaria y aristócrata alemana “le propuso un cargo en la Fundación Laureus, con un sueldo anual de 200.000 euros, que Iñaki rechazó”.
Mientras llega el día en el que pueda salir de prisión, Iñaki Urdangarin tendrá que seguir conformándose con los permisos penitenciarios que le quedan, todavía puede disfrutar de otros 26 días de los 36 días en libertad a los que tiene derecho.
"Necesitan ayuda terapéutica porque caen en un profundo abatimiento"
El regreso a la cárcel después de cada permiso supone un duro choque para el marido de la infanta Cristina. “Ansiedad, impaciencia, euforia, tristeza, depresión. Son las cinco fases por las que pasa Iñaki Urdangarin cada vez que sale de permiso”, comenta Eyre.
Según le ha comentado una psicóloga de prisiones “es un patrón de comportamiento que se repite en cada interno... Están nerviosos, duermen mal, en la calle se bloquean y, al volver al centro, necesitan ayuda terapéutica porque caen en un profundo abatimiento, ya que creen que no han aprovechado los momentos que han pasado con la familia y, además, el aislamiento les resulta insoportable”.