El retraso en la trasposición de la ley de pagos electrónicos en España, la PSD2 (Payment Service Directive 2), está provocando que las fintech (empresas de finanza y tecnología, como puede ser Fintonic) se decanten por Irlanda para solicitar licencias y ofrecer servicios.
Las fintech son las que se deben regular al amparo de la norma europea. Los bancos muestran reticencias a la regulación porque este tipo de empresas necesita operar mediante el acceso a datos bancarios de sus clientes para ofrecer servicios.
La directiva europea debía haberse integrado a la legislación española el pasado 13 de enero pero a día de hoy esto no se ha producido. Así las cosas, el proceso no podrá demorarse, según establece Bruselas, más allá de septiembre de 2019.
Los llamados GAFA (Google, Facebook, Amazon y Apple) son una amenaza para la banca. Saben ofrecer una experiencia de usuario completamente diferente
"En España la incertidumbre es muy grande. No hay un marco legal aprobado. Ni siquiera se sabe quién va a ser el organismo regulador. Se habla del Banco de España, pero también de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Esto plantea muchas dudas. Ante la pregunta de si esto está provocando una fuga de empresas, la respuesta es que cuesta es encontrar a una fintech que pida una licencia en nuestro país", explica Julián Díaz-Santos, cofundador de Unnax, startup española que ofrece servicios financieros mediante APIs (pequeños programas informáticos).
"En Reino Unido supieron leer mucho mejor la dimensión de la norma. Ahora, con el brexit, las fintech que estaban en UK están marchándose a Irlanda. Muchas de estas empresas miraron a España para luego, ante el clima de incertidumbre de nuestro país, pedir licencia en Irlanda. Esa licencia es un pasaporte que permite a las empresas operar en cualquier país de la UE. Si hay retrasos en la aplicación de la PSD2 en España una licencia irlandesa supone estar blindado para poder operar en cualquier otro país", concluye Xavier Foz, socio del despacho Roca Junyent especializado en finanzas, banca y fintech.
Nuevas figuras
La PSD2 viene a regular dos figuras de proveedores a terceros, dos tipos de fintech. Los llamados agregadores de cuentas y los iniciadores de pagos; AISP y PISP respectivamente, por sus siglas en inglés.
Los AISP (Account Information Service Provider) son los proveedores de servicios con acceso a las cuentas de los clientes bancarios, que pueden analizar la información del comportamiento de los usuarios para ofrecer un servicio. Sería el caso de la fintech ya citada Fintonic.
Los bancos saben que estas empresas saben mucho más de experiencia de usuario. Estamos en un mundo en el que los jóvenes, el futuro, no tienen fidelidad a una marca. Se enamoran de la experiencia de un servicio. Es ahí donde está el riesgo para la banca"
Por su parte los PISP (Proveedor de Servicios de Iniciación de Pagos) son los proveedores de servicios que hacen los pagos en lugar del usuario, como pueden ser tiendas de aplicaciones como Google Play o la AppStore de Apple, o empresas como la española Verse, una suerte de Bizum para los millenials.
La amenaza de los GAFA
Son figuras creadas a base de tecnología, algo que no está en el ADN de los bancos, según asegura Jordi Pérez Cofundador y director General de Unnax. "El hecho de que terceros puedan acceder a la información de sus clientes les incomoda. Creen que el retraso de la aplicación de la Directiva les beneficia, pero les perjudica. No se dan cuenta de que cuando esté aprobada en toda Europa una empresa polaca, por ejemplo, podrá ofrecer servicios en España. Sin embargo, la demora en la aprobación del marco regulatorio generará que fintech españolas no puedan operar fuera de nuestro país. Por eso se está produciendo la fuga de este tipo de empresas a Irlanda".
Díaz-Santos matiza que el mundo de Internet ha cambiado también el apego a la marca. No hay fidelidad a una enseña, sino a un servicio. "Los llamados GAFA (Google, Facebook, Amazon y Apple) son una amenaza para la banca. Son más grandes que los bancos. Tienen tecnología, dinero y base de datos. Facebook tiene licencia para operar como entidad de dinero electrónico. Eso les asusta. Es un miedo que no se expresa, pero que está ahí. Los bancos saben que estas empresas saben mucho más de experiencia de usuario. Estamos en un mundo en el que los jóvenes, el futuro, no tienen fidelidad a una marca. Se enamoran de la calidad de un servicio. Es ahí donde está el riesgo para la banca", concluye.