El PNV está dispuesto a vender a buen precio su apoyo a Pedro Sánchez para que el presidente del Gobierno pueda quedarse en Moncloa tras las elecciones generales del próximo 28 de abril. En las negociaciones para cimentar el acuerdo, los nacionalistas han incluido la transferencia a Euskadi de la autopista de peaje Vasco-Aragonesa, la AP-68 (Bilbao-Zaragoza), que hasta la fecha pertenece a la Red de Carreteras del Estado. Una vieja reivindicación nacionalista que podría suponer un nuevo frente para Abertis, propietaria de la concesión.
Por el momento, las conversaciones se encuentran en una fase incipiente, tal y como adelantaba el diario El Correo en su edición de este lunes. Hasta ahora, se ha procedido a un intercambio de información entre los técnicos de ambos gobiernos para conocer los pormenores de una hipotética transferencia, sin que haya trascendido el futuro que el Ejecutivo vasco tendría pensado para la infraestructura en el caso de que finalmente se quedara con la concesión.
Unos planes que tampoco están en el radar de Abertis. Con la concesionaria también ha habido contactos en una fase muy preliminar pero la compañía no tiene noticia alguna que lleve a pensar que la situación de la concesión vaya a modificarse como consecuencia del cambio de titularidad de la infraestructura. El grupo cuenta en su cartera con concesiones de autopistas de titularidad autonómica, con lo que una hipotética transferencia de la AP-68 sin más tendría un impacto neutro.
Cabe tener en cuenta que la concesión de la autopista Vasco-Aragonesa vence en noviembre de 2026, aunque inicialmente lo hacía en 2011. Sin embargo, el Gobierno de José María Aznar prorrogó en el año 2000 la concesión a cambio de una serie de modificaciones, una reducción de los peajes e incluso la liberalización en algunos tramos. Por lo tanto, se trata de una concesión muy madura, con lo que no tendría mucho sentido que se procediera a un rescate anticipado o una modificación de las condiciones.
Una concesión muy madura
De acuerdo con el último informe anual de las concesiones de autopistas de peaje publicado por el Ministerio de Fomento, la AP-68 cuenta con un porcentaje de amortización muy próximo al 80%.
En su día, la transferencia de la AP-68 llegó a estar prácticamente firmada, como parte de los acuerdos alcanzados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con el PNV en el marco de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012. Sin embargo, el triunfo del Partido Popular por mayoría absoluta en las elecciones generales de noviembre de 2011 frustró el intento. Ahora, también en las cercanías de unos comicios, los nacionalistas vascos vuelven a la carga.
En cualquier caso, será complicado que las negociaciones finalicen antes de las elecciones y, posteriormente, debería ponerse en marcha el correspondiente trámite parlamentario para la aprobación de la correspondiente Ley de transferencia.
Pendientes del Supremo
Abertis mantiene un frente con la Administración central como consecuencia de la modificación del contrato de concesión de la AP-7, que contemplaba determinadas compensaciones por caídas de tráficos que posteriormente el Estado se negó a sufragar al entender que los descensos se debieron a circunstancias no relacionadas directamente con la concesión y sí con la crisis.
En total, Abertis solicita compensaciones en el entorno de los 3.000 millones de euros. Actualmente, el caso se encuentra en el Tribunal Supremo, que ya debería haber dictado sentencia aunque, a día de hoy, aún no hay noticias al respecto.