Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania, estudia crear un 'banco malo' en el contexto de la profunda remodelación de sus actividades de intermediación, que podría resultar en el cierre de su negocio de trading fuera de Europa, y que supondría segregar del balance de la entidad hasta 50.000 millones de euros en activos tóxicos, según indica Financial Times, que apunta que el plan podría hacerse público el próximo mes de julio, coincidiendo con la presentación de las cuentas del primer semestre de la entidad.
En este sentido, desde el banco alemán indicaron que "Deutsche Bank está trabajando en medidas para acelerar su transformación, para mejorar su rentabilidad de forma sostenible", añadiendo que se actualizará a los públicos interesados, "si es requerido y cuando lo sea".
Según las fuentes consultadas por el rotativo, el plan para la creación de una unidad de activos no estratégicos, nombre con el que se cita internamente al potencial 'banco malo', implica una drástica reducción o incluso el cierre de las actividades de trading fuera de Europa, aunque la decisión final aún no ha sido adoptada por el banco.
Ajustes sin definir
Asimismo, la escala del ajuste aún no está definida completamente y la cifra de activos transferidos oscilaría entre un mínimo de 30.000 millones de euros y la más probable de entre 40.000 y 50.000 millones, lo que equivaldría hasta a un 14% del balance de la entidad. "Los recortes tienen que ser radicales", indicó un alto representante del banco sin identificar por el diario.
Las acciones de Deutsche Bank se revalorizaban un 2,72% en la Bolsa de Fráncfort este lunes, hasta un precio de 6,19 euros, después de que el pasado 3 de junio cerrase por primera vez en su historia por debajo de 6 euros.
Deutsche Bank obtuvo un beneficio neto atribuible de 178 millones de euros en el primer trimestre de 2019, un incremento del 48,3% en comparación con sus ganancias en el mismo periodo del año anterior, mientras que su cifra de negocio entre enero y marzo registró un retroceso del 8,9%, hasta 6.351 millones de euros.
El pasado 25 de abril, Deutsche Bank y Commerzbank dieron por terminadas las conversaciones entre ambas entidades con vistas a una eventual fusión de los dos mayores bancos comerciales de Alemania al considerar que la operación no iba en interés de los accionistas ni de otras partes interesadas.