La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha participado este martes en un foro que debate la reforma de las pensiones. Y ha asegurado que está dispuesta a hacer una revisión completa de las actuales bonificaciones a la Seguridad Social para ver las que funcionan y las que no y contribuir así a tapar el agujero de las pensiones.
Ésta es una de las propuestas que se están planteando en el seno del diálogo social, debate que se desarrolla en paralelo a los trabajos de la Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados. El objetivo principal de la revisión es determinar el impacto de las actuales bonificaciones en la creación de empleo para ver cuáles son efectivas y cuáles no.
Ya hay consenso para convertir algunas medidas de reducción de cotización en bonificaciones, como las tarifas planas, puesto que el Ejecutivo considera que sí son efectivas para la creación de empleo. Y ha conseguido el visto bueno de los sindicatos. Ahora, se trataría de revisar las bonificaciones, lo que podría incluir la eliminación de alguna de ellas.
Sin cambiar viudedad
Lo que no está dispuesto a hacer el Gobierno es sacar algunas prestaciones, como las de viudedad, del sistema de la Seguridad Social para convertirlas en prestaciones asistenciales, como demandan algunos sectores. Sí se contempla la separación de las fuentes de financiación para que el Estado ayude a la Seguridad Social, pero sin cambiar la naturaleza de las prestaciones.
Además, la ministra se ha mostrado una vez más partidaria de fomentar la prolongación de la vida laboral cuando se llega a la edad de jubilación y compaginarla con parte de la pensión. "El talento no tiene edad", sostiene. También se inclina por revisar las aportaciones de los diferentes regímenes al sistema, en una clara referencia al Régimen de Autónomos, que debería hacer aportaciones mayores.
En cualquier caso, la ministra ha asegurado ser una clara defensora del actual sistema de reparto, un sistema muy generoso que además se ha fortalecido a lo largo de los años. Ahora, toca afrontar los problemas de cara y reformar el sistema con "honestidad intelectual" para asegurar las prestaciones de los pensionistas futuros.