"¿Por qué desimputan a Monzón y a mi no?", se preguntaba hace unos meses un empresario investigado en la Audiencia Nacional. "Llevo ya tres años imputado, no se ha demostrado nada de lo que se me acusa, pero en este tiempo no he podido volver a trabajar; el que no haya pasado por esto no puede imaginar lo que ocasiona una imputación así, a nivel personal, familiar, profesional... Es una condena", lamentaba.
La impresión de que la Justicia española no es igual para todos, que no es la misma si te apellidas Botín o si eres presidente del Grupo Prisa, viene abonada por dos decisiones judiciales que han librado a dos personas con el poder de Emilio Botín y de Javier Monzón de ser investigadas.
Tanto en el caso del expresidente de Santander, fallecido en septiembre de 2014, como en el del expresidente de Indra, los argumentos esgrimidos por el Tribunal Supremo y por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para no investigarles son consistentes.
El magnate Mikhail Fridman y el fundador de OHL, Juan Miguel Villar Mir, requieren su desimputación invocando la doctrina Monzón
Parece tener sentido que no se pueda abrir juicio oral contra una persona cuando la Fiscalía no lo requiere, y tampoco los potenciales perjudicados, y solo lo hace una acusación particular. Tampoco parece justo que se investigue al presidente de una compañía en la que se ha cometido un presunto delito por el mero hecho de ser presidente.
Pero, si en lugar de ser presidente de Santander, Emilio Botín hubiera sido dueño de una tienda de comestibles, ¿se hubiera removido Roma con Santiago para llegar a impulsar una resolución que sentara jurisprudencia?
Si, en lugar de haber sido presidente de Indra, y ser en la actualidad presidente de Grupo Prisa y del banco digital de Santander, Openbank, Javier Monzón hubiera presidido una pyme, ¿habrían conseguido sus abogados llamar la atención de las más altas instancias judiciales españolas para desimputarle?
En diciembre de 2007, el alto tribunal confirmó el archivo del llamado caso de las cesiones de crédito, en el que estaba imputado Emilio Botín
La conocida como 'doctrina Botín' tiene su origen en una resolución del Tribunal Supremo de 2007 en la que se avaló la decisión de la Audiencia Nacional de limitar la acción de las acusaciones particulares, y no darles entidad suficiente para pedir la apertura de un juicio oral cuando la Fiscalía y los perjudicados hubieran solicitado el sobreseimiento de la causa.
En diciembre de 2007, el alto tribunal confirmó el archivo del llamado caso de las cesiones de crédito, en el que estaban imputados Emilio Botín y otros tres directivos del Banco Santander, que quedaron exonerados de ser juzgados.
Manuel García Castellón, Magistrado Juez Titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, acordó en un auto fechado el pasado 12 de enero el sobreseimiento provisional de las actuaciones iniciadas contra Javier Monzón por su implicación en el caso Púnica siendo presidente de Indra.
Que el presidente de una compañía tenga que cumplir la ley no significa que tenga que supervisar posibles delitos de sus empleados
Contra ese sobreseimiento presentaron recurso de apelación la Fiscalía y la asociación de abogados Adade. Sin embargo, el pasado mes de mayo la Sala Penal de la Audiencia Nacional ratificó el auto del juez García Castellón y Javier Monzón quedó fuera de la investigación por el caso Púnica.
Los jueces Teresa Palacios, Carmen Paloma González Pastor, y Juan Francisco Martel Rivero señalaron en el auto en el que rechazaron el recurso de Adade a la desimputación de Monzón, que, con independencia de que una de las obligaciones legales de toda institución o entidad y de su presidente sea el respeto o el cumplimiento de la ley, "ello no quiere decirse que tenga que velar y supervisar los posibles hechos delictivos cometidos por sus empleados"
"Lo único a lo que está obligado legalmente quien ostenta una responsabilidad de un grupo organizado es adoptar los mecanismos para que en esa entidad se establezca un control eficaz de detectar cualquier infracción y esa previsión legal está contenida en la sociedad que presidía el Sr. Monzón de Cáceres", dice el auto.
La doctrina Botín fue invocada por la Infanta Cristina en el caso Noos, o por los ejecutivos de la antigua Caja Madrid en el caso Bankia, sin éxito. Ahora, la doctrina Monzón ha sido invocada por el dueño del grupo DIA, Mikhail Fridman, y también por el fundador del grupo OHL, Juan Miguel Villar Mir, como publicó el diario El Español.
Es tan elevado el número de altos ejecutivos y presidentes de grandes compañías españolas que están siendo investigados en la Audiencia Nacional que es previsible que la doctrina Monzón sea invocada en los próximos tiempos hasta la saciedad. Atentos al movimiento que pueda hacer al respecto el expresidente de BBVA, Francisco González.