El presidente de Santander España ya lleva 30 días de descuento en su puesto. Rodrigo Echenique tenía previsto dejar sus funciones ejecutivas el 1 de enero de este año, pero el fichaje frustrado de Andrea Orcel ha provocado un efecto dominó en la cúpula que ha retrasado su marcha.
A esto hay que sumarle la poca prisa que tiene Ana Botín para que "su mayor apoyo" abandone el barco. "Hay que convencer a Echenique para que se quede un poco más", declaró la banquera este miércoles en la presentación de resultados de sus cuentas anuales.
A pesar de esta petición, parece que el aún presidente de la división en España controla tiempos distintos. Echenique, en un encuentro casual con periodistas llegó a bromear con esta 'prórroga de su contrato'. "Un mes para mí es mucho más que para un tipo joven", contestaba de manera amigable.
Sea como fuere, con Echenique o sin él, la primera entidad española ya ha comenzado a buscar a "la mejor persona" para el puesto, que podría ser interna o externa. Con esta declaración de intenciones, Ana Botín deja la puerta abierta a una nueva intentona para atraer nuevo talento para uno de los cargos más importantes del Santander, tal y como lo describió ella misma.
Rodrigo Echenique está ligado al banco desde 1988 y su papel ha sido clave en la transformación de la entidad. Fue consejero delegado del Santander durante seis años y estuvo presente en operaciones claves como la compra de Banesto en 1994 o la integración de Banco Central Hispano en 1999. También fue fundamental su papel en la compra del Banco Popular.
Plan estratégico
El próximo 3 de abril tendrá lugar el Investor Day de Santander en Londres. Poco ha adelantado el banco de su nuevo plan estratégico pero ha dado un par de pinceladas técnicas con las que contentar a los analistas. Se han fijado un objetivo para el ROTE (rentabilidad sobre el capital) de entre un 13% y un 15% y un ratio CET 1 "fully loaded" de entre el 11% y el 12%.
Según Ana Botín, son cifras "muy ambiciosas" para las que el banco tendrá que trabajar muy duro. La otra obsesión de la presidenta para los próximos tres años será la transformación digital. El Santander ya invirtió más de 2.000 millones de euros en tecnología en 2018 y la banquera ha asegurado que esta cifra irá en aumento.