Los bares han sido imbatibles. En medio de un contexto de subida de precios en todos los sectores, con las alarmas de consultores y economistas apuntando al retroceso de consumo por parte de los españoles, la hostelería ha resistido este año el envite y ha logrado facturar incluso más que en 2019.
No en vano, y después de vaticinar que su facturación caería en otoño tras un verano de récord, las empresas hosteleras han tenido recientemente que corregir sus previsiones para los últimos meses del año. En concreto, la patronal Hostelería de España calcula que los establecimientos españoles ingresarán hasta 13.000 millones de euros en la campaña navideña, hasta un 8% más que en las mismas semanas del último año prepandemia.
Se trata de un hecho que ha ocurrido incluso con el encarecimiento de las cartas y de los menús del día, y que, a la hora de ser analizado, escapa a la lógica de los números. De hecho, es difícil de explicar, incluso para los expertos en consumo, que sí que han detectado cambios en la forma de comprar en los supermercados -con un incremento evidente de la marca blanca-. "Tras dos años de pandemia, la gente está cansada y ha decidido echar el resto y gastar, sobre todo en vacaciones, aunque luego pueda arrepentirse", resume un analista.
Este carpe diem, que explica también los números récord en turismo (viajes y alojamiento), bebe directamente no solo del interés del consumidor por volver a la vida como era antes de la pandemia, sino del ahorro conseguido durante los dos años de contención forzosa del gasto. Sirva de ejemplo el estudio presentado recientemente por la consultora Deloitte, que apuntaba a que el ahorro embalsado de los años 2020 y 2021, cercano a 140.000 millones de euros en enero de este año, según su estimación, está siendo capaz de sustentar el consumo y la inversión tanto en el presente 2022 como, "en menor medida", el de 2023.
Como también recogen consultoras como KPMG, se produce la paradoja en el consumo de que, mientras el consumidor prioriza el "gasto esencial" en el hogar en el contexto de subida de precios, se incrementan las ocasiones de socialización por el fin de la pandemia, lo que beneficia a sectores como la restauración y el turismo. Una tendencia que, indicaba Deloitte, es evidente de cara a esta Navidad. "El amplio periodo de tiempo para comprar, el factor emocional y las campañas de los comerciantes hacen que el gasto se pueda mantener", contaba la consultora en la 18ª edición de su informe sobre el consumo navideño. Según sus cálculos, el gasto se mantendrá muy en línea con el del año pasado, situándose en 634 euros por hogar, frente a los 631 euros de 2021. "El consumidor está ahorrando para poder hacer el gasto en esta época", comentaban fuentes de la consultora.
Los bares miran a 2023
En medio de este contexto, y pese a superar con creces sus previsiones más optimistas, la hostelería teme que la tendencia de crecimiento sufra un freno a partir de 2023. ¿La subida de precios impactará a partir de enero en la forma de consumir? "Tras un magnífico verano, el sector sigue recuperándose este otoño y encara una muy buena campaña de Navidad. El consumidor está incrementando las visitas a establecimientos de restauración respecto al año pasado, aunque hace ajustes para controlar el gasto total en cada ocasión de consumo", explicaba a comienzos de diciembre la directora de Foodservice de NPD en España, Edurne Uranga.
La patronal hostelera, además, no se conforma con el fuerte incremento de ventas. "Que aumente nuestra facturación y recuperemos los niveles de 2019 no nos sitúa con los mismos beneficios, porque tenemos que hacer frente a un gran incremento de costes tanto en materias primas como en electricidad", insisten fuentes de Hostelería de España, que recalcan: "Nos ha ido muy bien este año, pero veremos en 2023".