La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se encuentra en este momento en una encrucijada. Los problemas de gobernanza de Indra provocados por el cese de cuatro consejeros independientes han abierto una nueva crisis en el organismo que preside actualmente Rodrigo Buenaventura. El tiempo corre y el descontento es cada vez más generalizado.
Diferentes fuentes financieras consultadas por Vozpópuli ven con cierto "estupor" la parsimonia con la que está actuando la CNMV y recuerdan un caso reciente en la que actuó con todo el peso de la ley sin temblarle el pulso. Hablamos de la OPA de Abanca a Liberbank en 2019. Cuando la entidad asturiana estaba en conversaciones con Unicaja, apareció Escotet por banda y el organismo, que por aquel entonces presidía Sebastián Albella, obligó a Abanca a lanzar una oferta por Liberbank.
Entonces, el banco gallego hizo pública una carta enviada a los accionistas en la que proponía lanzar una oferta pública de adquisición por 0,59 euros la acción, lo que suponía valorar a Liberbank en 1.700 millones de euros. Esta oferta se realizó paralelamente a la operación de fusión que había en marcha entre Liberbank y Unicaja.
La CNMV presionó mucho a Abanca para que fuera lo más transparente posible con esta operación y también lo hizo con Liberbank, obligando a ambos bancos a pronunciarse a cada paso que daban, haciéndose valor de la Ley de OPAs, esa misma que ahora parece obviar en el escándalo de Indra.
Y es que si nos centramos en esa misma norma, la CNMV ya tendría que haber obligado a la SEPI y a Amber Capital a lanzar una OPA por Indra. La normativa española contempla que si un accionista, de forma individual o concertada, tiene más de un 30% de una compañía cotizada o nombra a más de la mitad de los consejeros, eso se entiende como una toma de control y requiere del lanzamiento de una oferta pública de adquisición de acciones.
La CNMV tiene las manos atadas
El problema con el que se está encontrando el organismo presidido por Buenaventura es que no hay evidencias de que se haya producido esa acción concertada. De hecho, en la historia de la CNMV, jamás se ha podido corroborar que varios accionistas se hayan puesto de acuerdo para realizar tal movimiento.
No obstante, hay pruebas de sobra para forzar una investigación. Empezando por la carta que los cuatro cesados remitieron a la CNMV en las que tratan de desmontar los argumentos utilizados por los accionistas significativos -con el Gobierno a la cabeza- para apartarlos de su puesto.
Especialmente crítica es la misiva firmada por Alberto Terol, en la que descarta que él y sus compañeros dificultaran la toma de decisiones en el Consejo, algo de lo que les había acusado Amber en la Junta de Accionistas. "Sorprende (...) que la defensa de las mejores prácticas de buen gobierno por parte de los consejeros independientes sea percibida por quienes han ejecutado el cese como propiciadoras de falta de 'cohesión y estabilidad al consejo de administración de la compañía'; y que se aduzca el interés social para promover "dichas destituciones", expresa.
Sea como fuere, la crisis de gobierno ya le está pasando factura a la compañía de defensa. Tal y como explicó este medio, las gestoras de fondo locales e internacionales tienen actualmente el valor en "revisión" y no les temblará el pulso para deshacer posiciones si la situación no se aclara.
"Al final todo el tema de gobernanza es muy relevante en el tema de criterios ESG y por lo tanto seguro que hay mucho inversor internacional y local que va a vender", señalan desde un fondo con exposición a Indra, que por otro lado agrega que "el negocio aparentemente no se está viendo afectado y es sólido".
A pesar de esto, el valor se tiene que poner bajo revisión por toda la parte de gobernanza hasta que haya más visibilidad. "Siempre que hay una salida de independientes, hay que estar atentos", expone. Y es que aunque pueda parecer que los problemas de gobernanza no afectan a la hora de invertir, es todo lo contrario.