Cristóbal Montoro ha retrasado una vez más el reparto a la carta del déficit autonómico, entre las numerosas quejas de las comunidades que sí han cumplido con los objetivos fijados. Después de haber tenido a todas las autonomías disciplinadas sumidas en la ignorancia sobre cómo se confeccionaría el déficit individualizado o a la carta, el ministro las ha convocado a un Consejo de Política Fiscal y Autonómico para el próximo jueves, en el que sólo les dará la cifra de déficit para el conjunto de las comunidades, esto es, la media que entre todas habrán de alcanzar.
Los objetivos de déficit asimétricos se fijarán sólo por un año en un nuevo Consejo que se celebrará en julio. En éste también se establecerá cuál es la ruta plurianual de consolidación del total de las cuentas autonómicas de aquí a 2016.
En el consejo de la semana que viene, Montoro explicará el contenido de la nueva reforma de la Administración. Es decir, les avisará de que tendrán que recortar organismos y duplicidades. Es más, les comunicará que va a ligar la negociación del déficit a cuánto recortan. Sin embargo, ¿alguien se cree que vaya a meter mano a Cataluña, donde cualquiera de estas entidades son consideradas auténticos signos identitarios? Montoro ni siquiera se ha atrevido a aplicar la Constitución e intervenir o multar a las incumplidoras. En vez de ello, negocia con éstas los nuevos términos del déficit al margen de las disciplinadas.
Algunas comunidades quitan importancia a la polémica e inciden en que sólo será por un año y que lo principal es la configuración de la nueva financiación autonómica. No obstante, ahora ésta tiene todos los visos de retrasarse hasta 2015, para cuando haya más recursos que repartir y se haya definido mejor el sistema tributario con los nuevos impuestos que corresponderán a las autonomías allá por marzo de 2014. Pese a que el sistema de financiación expira a finales de 2013, lo más probable es que entretanto el Ejecutivo simplemente termine prorrogando el sistema vigente hasta 2015.
En las negociaciones transcurridas en las altas esferas, el presidente Rajoy y Montoro han prometido a varios líderes autonómicos populares que habrá compensaciones por haber cumplido, y así se entiende que el presidente extremeño, José Antonio Monago, bajase el IRPF u obtuviese las inversiones del AVE.