Ayer se conoció que, por segundo mes consecutivo, España ha presentado superávit por cuenta corriente, una situación que plantea un cambio radical en la economía doméstica. Entre otras cosas, rompe con la dependencia total del Banco Central Europeo (BCE) que se ha mostrado en los últimos 20 meses. Exceptuando septiembre y octubre de este año, tanto en este ejercicio como en el anterior al completo, el único capital que ha entrado en el país ha sido el del banco central. Una dependencia absolutamente terrorífica que comienza a superarse, aunque todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo. Pero el sector privado ha revertido la situación.
Con la balanza por cuenta corriente positiva, impulsada por el despegue de la balanza comercial, entra capital, por fin, en España. La economía deja de tener necesidad de financiación y comienza a tener capacidad.
Pero, como puede comprobarse en el gráfico siguiente, en el pasado reciente sólo ha llegado liquidez procedente del BCE. Estos datos han sido elaborados por un gabinete asesor que colabora con el Ejecutivo a la hora de buscar inversores foráneos, con datos del Banco de España: En 2011, los flujos positivos en la cuenta financiera española vinieron casi en exclusiva por operaciones con recurso al BCE. Y todavía faltaba por ser contabilizada la segunda parte del LTRO (Long Term Refinancing Operation), que tuvo lugar a finales del primer trimestre del año. Con esa operativa, la banca pedía dinero de manera ilimitada al organismo emisor, que lo concedía al 1% con un plazo de devolución de 36 meses.
Los bancos españoles fueron los que más dinero pidieron en toda la Eurozona, para arbitrar con deuda española y obtener la única ganancia en márgenes que han podido obtener. Especialmente las medianas, pero ninguna puede afirmar que no ha sacado brillo a su cuenta de resultados en parte mediante este arbitraje. Así está el sistema bancario en nuestro país.
Como puede verse, la gráfica confirma que, mientras salía de España inversión foránea y también doméstica, en el lado de las entradas sólo llegaba liquidez del BCE.
Porque la cruda realidad es esta: en los últimos 20 meses (12 de 2011 y 8 de 2012) sólo ha llegado liquidez del BCE. A su vez, los bancos sólo han podido ganar algo de dinero tomando prestado en el BCE al 1% y colocándolo en deuda pública doméstica. Así, además, el Tesoro ha ido salvando las subastas durante este ejercicio. La dependencia del organismo que preside Mario Draghi ha sido total.
Pero las cosas han comenzado a cambiar. La economía ha realizado un ajuste interno brutal, dándole la vuelta a la balanza por cuenta corriente por primera vez desde 1996, tal como se puede ver en el gráfico siguiente.
Ello se debe a la mejoría de las exportaciones (la balanza comercial acaba de arrojar la mejor cifra vista en la historia de la democracia), y a las menores importaciones, debido a la caída del consumo.
Conviene no ignorar que la dura reforma laboral ya está traduciéndose en una caída de los costes laborales unitarios en España, algo que, a su vez, ya ha tenido impacto positivo en el mantenimiento de las plantas ensambladoras de automóviles de Ford y Renault.
Un último reto
“El gran reto que tiene España en cuanto a competitividad es lograr una mejora de la factura energética”, indican desde el despacho asesor que ha facilitado esos datos. Los costes laborales vuelven a ser atractivos y si se le añadiera un precio de la electricidad más bajo a la industria, la inversión extranjera no podría resistirse a regresar.
Pero, de momento, ya van dos meses en los que ha entrado dinero en España y no ha sido gracias a la liquidez inyectada por Mario Draghi. Buena señal. Necesaria, aunque ni mucho menos suficiente.