El sistema de pensiones está hoy en el centro del debate público. Los organismos económicos y centros de estudios trabajan sin descanso en propuestas que inspiren a los partidos y al Gobierno en la reforma que necesariamente se tendrá que hacer para afrontar los desafíos del futuro. Hoy vamos a detallar una idea nueva firmada por el investigador de Fedea Ignacio Conde-Ruiz y la investigadora del Banco de España Clara I. González: crear un sistema de pensiones común en toda la UE.
Lo cierto que el envejecimiento de la población, uno de los grandes retos a los que se va a enfrentar el sistema de pensiones español el día de mañana, es un problema común en Europa. Se da en otros países y afecta a una economía que cada día es más global, motivo por el que el documento de trabajo de Fedea y el Banco de España considera que el sistema de pensiones ideal en una unión económica y monetaria sería un sistema único.
Y es que, a su parecer, un sistema así facilitaría la libre movilidad de trabajadores y la existencia de una unión fiscal. Además, contribuiría a la construcción del pilar europeo de derechos sociales planteado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
¿Se puede plantear un sistema así? De entrada nos parece complicado dadas las diferencias salariales y sociales que existen entre los países. En el documento se va un poco más allá y apuesta por el sistema de cuentas nocionales como opción a implantar en todos los países miembros como paso previo a la constitución del sistema de pensiones europeo.
Cuentas nocionales
¿Cómo funciona el sistema de cuentas nocionales? Es un sistema contributivo de cuentas individuales basado en el reparto intergeneracional. Es decir, como en el sistema español actual, las pensiones se pagan con cotizaciones del momento. La principal diferencia es que cada trabajador se apunta en la cuenta ficticia lo que cotiza y recibe una pensión al final de su vida laboral por el total de esa cotización. En definitiva, la pensión se acerca más a lo cotizado que el sistema español o que en los sistemas asistenciales, comunes en algunos países de Europa.
Según Conde-Ruiz y González, el hecho de que la pensión dependa del esfuerzo contributivo no solo es justo, sino que también genera incentivos para cotizar. En cambio, si la pensión acaba siendo la misma para todo el mundo, con independencia de lo que se cotice, existe un mayor incentivo a no cotizar o a trabajar en la economía sumergida.
Este sistema es más contributivo y perfecto para el nuevo modelo laboral que impone la economía digital
Los investigadores creen que un sistema así, tan transparente, haría que los trabajadores vieran las cotizaciones como una vía para ahorrar para la jubilación y no solo como un impuesto más. Cuanto más cotices, más pensión. Es la idea que hay que transmitir a los ciudadanos. El problema es que los sistemas tan contributivos penalizan a los trabajadores de salarios más bajos, por lo que apuestan por complementar este sistema con algún programa europeo de ayuda para los pensionistas de bajos ingresos.
Por otro lado, Conde-Ruiz y González creen que el sistema de cuentas nocionales es perfecto para el nuevo modelo laboral impulsado por la economía digital, en la que los historiales laborales serán mucho más heterogéneos, con muchos cambios de empresas, de país, de modalidad contractual o incluso de periodos trabajando como autónomo. A su parecer, las cuentas nacionales facilitarían la portabilidad de los derechos a pensiones futuras aunque hayas trabajado en diferentes países de la UE.
Además, consideran que se trata de un modelo flexible que permite a los trabajadores cotizar libremente más para compensar periodos de baja cotización y que favorece la jubilación activa y la compatibilidad de trabajo y pensión, algo que será también muy importante en el futuro. Y mutualizaría los riesgos dentro de la UE.