Aparte de bares, España es un país de tiendas. El comercio es uno de los principales pulmones económicos de nuestro país y uno de nuestros ejes culturales. Y eso le posiciona como uno de los países con más densidad comercial de todo Europa. Y sin embargo, pese a ello, tenemos uno de los comercios que menos factura de todos sus países vecinos.
Según los datos recogidos y analizados por la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) en el 'Informe Económico del Comercio 2024', España cuenta con 89,7 locales comerciales por cada 100.000 habitantes. Por su parte, la media europea es de 74 tiendas por cada 100.000 habitantes, un 20% menos. Alemania se encuentra en el extremo opuesto en este sentido, con 'sólo' 36,5 tiendas por esa misma cantidad de habitantes, más de la mitad que en España. El único país vecino que nos supera en cantidad es Italia, con 90,9 tiendas (pero, como veremos más adelante, mucho más eficaces).
Pese a que tenemos un alto porcentaje de tiendas, la facturación por empleo en nuestras empresas es una de las más bajas de toda la Unión Europea. Sólo facturamos 165.000 euros por empleo, frente a una media europea de 197.000 euros. En este sentido, Francia se lleva el precio a la 'eficacia', porque genera 268.000 € por cada empleado, con una densidad de tiendas de 66 empresas por cada 100.000 habitantes. Es decir que pese a que tenemos (casi) más tiendas que nadie, estas facturan un 20% menos.
¿Por qué nuestras tiendas son tan "ineficaces"?
En este contexto, cabe preguntarse el por qué de esta "ineficacia" de nuestras tiendas. Si tenemos tantas, ¿cómo es posible que facturemos tan poco por empleo?
La respuesta es sencilla, y refleja perfectamente el tejido empresarial de España: nuestras tiendas son pequeñas. "El sector de la distribución comercial en España destaca por la elevada densidad comercial y el reducido tamaño empresarial", señalan desde ANGED. Esta es una característica de todos los sectores de la economía española, ya que hay un elevado número de empresas micro (de menos de 10 empleados), mientras que hay pocas compañías medianas y pequeñas en comparación con los vecinos europeos. Aunque las grandes, son muy grandes.
En España, las empresas del sector de comercio tienen una media de 4 empleados, frente a los 11,9 de las empresas alemanas. Sin embargo, las grandes empresas españolas (de más de 250 empleados) tienen un tamaño superior a las de la UE, especialmente en el sector del comercio al por menor. "En concreto, las empresas españolas grandes de comercio tienen una dimensión de 2.755 empleados por compañía, frente a los 1.870 que corresponden en media a las empresas de similar tamaño de la UE", añaden desde la asociación de la Gran Distribución.
Este hecho de que nuestras tiendas sean pequeñas, llamada la 'atomización' de la distribución comercial, lastra los niveles de productividad. El déficit crónico de productividad laboral entre España y la UE se ha ampliado en los últimos años, de forma que todos los sectores no agrarios exhiben niveles de productividad inferiores en nuestro país. El predominio de empresas de reducida dimensión en España también se refleja en los escasos niveles de concentración sectorial. En Reino Unido, Francia y Alemania, los diez primeros distribuidores minoristas concentran alrededor del 40% del mercado, más de diez puntos porcentuales por encima del porcentaje de España y del de Italia", sentencian.
La atomización tiene una consecuencia directa: las ventas también son menores. El índice de ventas por habitante en España tiene un nivel de 87 puntos respecto a la media europea, a gran distancia de Alemania (con un índice de 128) y Francia (111 puntos), y en niveles similares a los de la economía italiana.