Distribución

La guerra arancelaria con China convierte a Turquía en el nuevo 'paraíso' productivo de la moda europea

La fabricación de moda en Turquía se ha duplicado en las últimas dos décadas, algo que se acrecentará en los próximos años por la guerra arancelaria con China

  • Gente comprando en una tienda de Zara -

Turquía es cada vez más atractivo para el sector de la moda. Ya sea a la fuerza por la situación geopolítica o por sus "bondades", la realidad es que cada vez acapara más porcentaje de la producción textil de Europa. De hecho, la fabricación de moda en este país se ha duplicado en las últimas dos décadas, algo que se acrecentará en los próximos años por la guerra arancelaria en la que está inmersa China con Occidente. Tanto es así que para el 25% de las marcas europeas, Turquía ya es un productor "crucial". 

Así queda reflejado en el estudio 'The State of Fashion 2025', realizado anualmente por McKinsey y The Business of Fashion, en el que se analiza año por año la evolución del sector y las perspectivas de cara al año siguiente. De esta manera, Turquía se está convirtiendo en la nueva fábrica de Europa y en el 'paraíso' productivo de la moda europea, como desvelan las tendencias de los últimos años de las empresas del sector. El 'made in China' se está sustituyendo cada vez más por el 'made in Turkey', y ya se ha convertido en el segundo mayor fabricante de prendas de vestir de la industria textil europea. Por ejemplo, Turquía es el segundo país que más fábricas concentra de Inditex y Mango.

La moda de la producción en Turquía ha llegado incluso a la empresa china textil más reconocida en China, Shein, que se ha asociado con más de 1.000 fabricantes en Turquía como parte de un "plan global para traer producción más cercana a su mercados de consumo clave". Conscientes de cómo está cambiando el mercado, los fabricantes turcos están "invirtiendo en innovación y sostenibilidad para aumentar la competitividad y atraer a las marcas europeas que miran hacia una producción más local" desde hace tiempo. 

Disminuye la producción en China

El aumento de la producción en Turquía se produce a la vez que la producción en China disminuye cada vez más, aunque todavía sigue siendo el principal productor textil. En 2019, justo antes de la pandemia, las empresas textiles europeas realizaban el 34% de sus compras en China. A finales del año pasado, la fabricación en el país asiático se redujo un 8%, y las compras a China representaron el 31% del volumen total europeo.

La tendencia no se revertirá en los próximos años; todo lo contrario, ya que la guerra arancelaria agravará la situación. De cara a 2030, los expertos consideran que la producción textil de las empresas europeas representará 'solo' el 26% del total, tras sufrir previsiblemente una caída estimada de casi el 25%. En el caso de los intercambios con EEUU, la situación será peor, porque el enfrentamiento entre ambos es mayor: ha pasado del 40% al 34% entre 2019 y 2023 y se prevé que se sitúe en el 30% a finales de la década. Aparte de Turquía, los grandes beneficiados de la reducción de la dependencia de China serán Vietnam, India y Bangladesh. 

Son varios los motivos que implican esta preferencia por destinos de cercanía como Turquía antes que la enorme China. Por un lado, la citada guerra arancelaria existente entre Occidente y China ha llevado a las empresas a tener que encontrar nuevos proveedores y nuevas vías de producción.

Pero además de ello, Turquía asegura una serie de ventajas comerciales. Por un lado, unos menores costes laborales; por otro, porque se trata de un mercado muy atractivo para los inversores. Además, según señalan desde McKinsey, las mayores ventajas radican en que producir en Turquía supone una mayor trazabilidad de la cadena de suministro y una reducción de los tiempos de entrega: de 150 a 170 días en Asia-Pacífico a menos de 50 días en Turquía.

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