La gente se lleva las manos a la cabeza. El absentismo laboral no para de crecer: según el último informe de la consultora de recursos humanos Adecco en 2018 se batió un nuevo récord, ya que fue como si un total de 753.000 personas no hubieran ido a trabajar ni un sólo día del año.
Estas cifras alarmantes que parecen sugerir falta de responsabilidad y compromiso con el puesto de trabajo por parte de los españoles -especialmente en épocas de crecimiento en las que hay menos miedo a ser despedido que en momentos de crisis-, pero en verdad camuflan una realidad diferente, ya que el 84% de los españoles que faltaron al trabajo en 2018 fue porque estaban de baja por enfermedad o por maternidad y paternidad.
En concreto, un 72% de los casos de absentismo (equivalente a 62,1 horas o una semana de ausencia al año por cada trabajador en España) se produjo el año pasado porque el empleado estaba de baja por enfermedad común y un 12% porque estaba disfrutando de un periodo de baja maternal o paternal o permiso por acogimiento o adopción, lo que supone una media de 10,8 horas por trabajador y año en 2018.
Un 1% fue por razones técnicas o económicas -las que surgen de reducciones de la jornada de trabajo o de la suspensión del trabajador decididas por la empresa para enfrentar situaciones de crisis-, lo que supone 1,2 horas por trabajador al año; otro 1% porque estaba de vacaciones para compensar horas extras realizadas, y el 7% restante por razones no justificadas (6,3 horas por trabajador al año).
En esta última categoría se incluyen horas perdidas por motivos no imputables al trabajador ni al empresario, como rotura de maquinaria, falta de materias primas y otras causas de fuerza mayor, así como las horas perdidas por conflictividad laboral.
Por qué aumenta el absentismo
En su informe, Adecco sugiere que el número de bajas por enfermedad aumenta en épocas de bonanza económica y, dado que no se dan circunstancias externas para fomentar la enfermedad -razón principal- cuando la economía crece, parece sugerir que los españoles se muestran más dispuestos a trabajar aún enfermos cuando la economía está en recesión.
O bien que los técnicos de la Seguridad Social son más proclives a conceder bajas laborales cuando la economía marcha bien.
"La idea, sencillamente, es que en momentos en que aumenta el empleo, el trabajador no teme perder su puesto de trabajo y existiría, en algunos casos, una tendencia hacia una mayor autoindulgencia por el que se extenderían las bajas por enfermedad comunes. En épocas de crisis, con el empleo menguando, el trabajador tendería a 'defender' su puesto de trabajo con su presencia, incluso en casos de enfermedad leve", apunta el estudio.
Aunque está de acuerdo con que el buen devenir de la economía fomenta la seguridad de los empleados, la experta Almudena Cañibano, profesora asociada en gestión de Recursos Humanos de la escuela de negocios ESCP Europe Business School, afirma que existen otras razones por las que puede aumentar el número de bajas por enfermedad cuando una economía sale de la recesión.
"Cuando vuelve la bonanza económica, por ejemplo ahora, si no repones personal, la intensidad del trabajo de los que han permanecido es mucho mayor", lo que puede redundar en bajas por estrés o incluso depresión, explica en una entrevista con Vozpópuli durante el evento Designing Tomorrow's Management sobre relaciones laborales, que se ha celebrado esta semana en el campus de Madrid de esta escuela de negocios.
Cañibano señala que por intensidad de trabajo se refiere tanto a "la extensión del trabajo, es decir, el número de horas, de ahí que se haya acabado implantando la obligación del registro horario, como a la dedicación cognitiva que le dedican los empleados para sacar el trabajo adelante".
Desde que mejora la economía hasta que se contrata más gente pasa un tiempo y hay más carga de trabajo, así que no se trata sólo de culpar al trabajador vago"
Esta razón, unida a la mayor seguridad que sienten los trabajadores, puede explicar el incremento del absentismo laboral por razones de baja de enfermedad que se ha producido desde el año 2013, con la recuperación económica.
Sin embargo, como se puede observar en el siguiente gráfico, el resto de motivos que provocan el absentismo no están correlacionados con el ciclo económico.