La situación en la que se encuentra Abengoa (en preconcurso de acreedores desde noviembre; tiene hasta el 28 de marzo para evitar la que sería la mayor quiebra en la historia empresarial española) tiene en vilo a las empresas que le suministran servicios. Miles de compañías cuya supervivencia está ligada a la del grupo sevillano, cuyos ingresos mensuales dependen de lo que le facturan. Abengoa ya ha dejado de pagar cerca de 500 millones a parte de estas empresas y en dos o tres meses vencen otros 300 millones de deuda con proveedores, de acuerdo a fuentes cercanas a la multinacional energética.
A 30 de septiembre de 2015 Abengoa debía 5.469 millones a otras empresas, de los que 4.105,8 millones de euros era deuda con proveedores comerciales. La compañía explicaba en la presentación de sus cuentas correspondientes a los tres primeros trimestres del pasado ejercicio que, como norma general, "todas las sociedades del grupo deberán realizar sus pagos a proveedores y suministradores a través del pago confirmado por bancos sin recurso (confirming sin recurso)". El importe de los pagos pendientes a proveedores a través de contratos de confirming sin recurso (una entidad financiera anticipa el cobro de la factura al proveedor) era de 2.203,4 millones.
Abengoa ya ha dejado de pagar cerca de 500 millones de euros a parte de sus proveedores
A mediados de 2015, cuando Abengoa anunció su pretensión de llevar a cabo una ampliación de capital de 650 millones de euros cundiendo la desconfianza entre accionistas y acreedores, los bancos dejaron de ofrecer esos contratos de confirming sin recurso. "A partir del 3 de agosto se ha producido una ralentización del ritmo de aprobación por parte de algunas entidades financieras de las renovaciones de las líneas de circulante lo que ha supuesto el retraso en la renovación de los contratos de confirming sin recurso con Abengoa", admite la compañía en sus cuentas hasta septiembre del pasado ejercicio.
"Los proveedores juegan un papel imprescindible en la cadena de valor de Abengoa. Una relación de confianza y mutuo beneficio con ellos es parte del éxito del negocio", dice la compañía española en su web. Ahora, el papel de los proveedores también será clave a la hora de negociar una solución que evite la declaración del concurso de acreedores.
El lunes el consejo de administración de Abengoa aprobó un plan de viabilidad elaborado por la consultora Álvarez&Marsal. Ahora la supervivencia del grupo sevillano depende de que logre convencer a bancos y bonistas, a los que en total debe 8.900 millones, de acceder a asumir una quita. Y también a los proveedores.
Los bancos han constituido un grupo, conocido como G7, para negociar con Abengoa, integrado por Santander, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell, HSBC, y Credit Agricole, mientras que los principales poseedores de bonos emitidos por la empresa sevillana están representados por la firma Houlihan Lokey. Los proveedores no están de momento representados en la mesa de negociación. Fuentes cercanas a Abengoa aseguran que ya han iniciado conversaciones con algunos de ellos. Habitualmente, en la negociación con una empresa en situación concursal, la posición de los proveedores suele ser la más débil en comparación con la de las entidades financieras.