Los bancos españoles que no alcancen los colchones de capital requeridos por las autoridades tendrán limitado el pago de dividendos, remuneraciones variables a sus empleados e intereses de instrumentos de capital de nivel 1 (instrumentos híbridos). El Banco de España ha aprobado este lunes la creación de varios buffers de capital para las entidades consideradas sistémicas (las seis más grandes) así como un colchón anticíclico para todo el sector financiero español; el incumplimiento de estos requerimientos conllevaría la activación automática de restricciones a la distribución de los beneficios de la entidad en problemas.
Dicha limitación no será absoluta en todos los casos, sino que será gradual en función del porcentaje de incumplimiento de los requerimientos de capital. Así, si la entidad ha cubierto como mucho un 25% de las exigencias regulatorias, no podrá distribuir ni un euro en bonus, dividendos, etc. En cambio, si ha cubierto entre un 25% y un 50% de las obligaciones exigidas por las autoridades, dicho banco podrá repartir un máximo de un 20% de sus beneficios; si es entre un 50% y un 75%, llegará hasta el 40%, y si el cumplimiento es de más del 75% se podrá repartir hasta un 60% del beneficio de la entidad.
Si la entidad ha cubierto como mucho un 25% de las exigencias regulatorias, no podrá distribuir ni un euro en bonus, dividendos, etc.
Tras la puesta en marcha de la unión bancaria (que todavía está en fase transitoria), todos los bancos europeos han de cumplir ciertos niveles de capital regulatorio. En total han de contar con un mínimo del 8% (sumado el Core Tier 1, el Tier 1 y el capital total) respecto al total de activos ponderados por riesgo. Es el llamado Pilar 1 del cumplimiento regulatorio. Además, para todas las entidades supervisadas por el BCE y el BdE se ha de cumplir el llamado Pilar 2, que impone un capital adicional que decide de forma individualizada cada entidad tras autoevaluarse (tal y como ya adelantó Vozpópuli) y que ha de ratificar el supervisor en función de su modelo de negocio, su gestión del riesgo, etc. Este informe interno se remite al supervisor, que los suma a los imputs de la actividad de inspección, etc, y con los que llega a una conclusión global de la entidad, de la que se desprende una necesidad de capital concreta.
Por si no fueran bastante los dos pilares 1 y 2 de cumplimiento obligatorio, el BCE y el BdE han acordado la imposición de colchones de capital adicionales para las entidades financieras. En el caso español, los bancos. cajas y cooperativas de crédito deberán sumar, en función de sus circunstancias, un colchón adicional "de conservación" (del 2,5%, pero que se irá implementando gradualmente), otro "anticíclico" (que oscilará entre el 0 y el 2,5%), otro para "entidades de importancia sistémica mundial" (de entre el 0 y el 3,5%), otro para entidades "de importancia sistémica" (de entre el 0 y el 2%) y un colchón sistémico que puede ser potencialmente ilimitado, y lo fijarán las autoridades si procediera.
El anticíclico ni está ni se le espera
El llamado colchón anticíclico desarrollado por las autoridades internacionales (el FSB y la EBA) está inspirado en las ya tradicionales provisiones dinámicas de la banca española, creadas por el BdE para mitigar los efectos de la burbuja inmobiliaria. Su sentido radica en que durante la fase expansiva del crédito se acumula un capital que pueda amortiguar las pérdidas cuando el ciclo del crédito se contraiga. El BdE revisará trimestralmente la cuantía (si la hubiere) a pagar por el conjunto del sector en concepto de colchón anticíclico, el cual podría oscilar entre el 0% y el 2,5% de los activos ponderados por riesgo.
Aunque formalmente este colchón ya forma parte de las obligaciones y requerimientos de las autoridades, el Banco de España no prevé imponer ningún tipo de exigencia adicional por el momento. El supervisor financiero español ha desarrollado un sistema interno de alerta basado en indicadores como la "brecha de crédito-PIB", la intensidad del crédito o los precios del sector inmobiliario, entre otros, de forma que si los niveles aumentan a partir de cierto nivel, el supervisor impondrá el citado colchón.
En teoría, los bancos tienen que empezar a crear un colchón anticíclico cuando la brecha de crédito-PIB supere el 2%. Sin embargo, esta parece una perspectiva cuanto menos no cercana, toda vez que actualmente la brecha está en su mínimo histórico (-58%), por lo que una recuperación del crédito respecto del PIB que compense este descenso puede tardar varios trimestres incluso con las perspectivas más optimistas.
Santander y BBVA, sistémicos mundiales
El Banco de España ha utilizado el análisis del Financial Stability Board (FSB) de 2014 para determinar qué entidades españoles son sistémicas mundiales. Según este estudio, tan solo Santander y BBVA alcanzaron ese año dicha categoría, que lleva aparejado un colchón extra de capital del 0,25% para 2016. En el caso del BBVA es de esperar que el próximo año deje de ser considerado como un banco de alcance mundial (tal y como resolvió el FSB este pasado 2015), por lo que para el año próximo solo tendrá que cumplir con el buffer por entidad sistémica a secas.
Y es que un total de seis entidades españolas (además de Santander y BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell y Popular) entran dentro de los requisitos para ser consideradas sistémicas a nivel nacional, según la metodología empleada por el Banco de España a partir de los criterios de la EBA. En este caso, y en función de su tamaño, los bancos tendrán que aportar entre un 0,25% y un 0% de capital adicional en 2016, que no se sumará al ya aportado en el caso de los dos grandes por ser entidades sistémicas mundiales (ya que se elige el porcentaje más alto entre ambos, no se suman).
Al margen del 0,25% de Santander y el 0,125% de BBVA (que no se aplicarán por ser menores al capital exigido por ser entidades mundiales), Caixabank y Bankia tendrán que sumar en 2016 un colchón de 0,0625%, mientras que Popular y Sabadell no tendrán que sumar más capital por este concepto. ¿Cumplirán los bancos españoles con tantas exigencias? Fuentes cercanas al Banco de España dan por hecho que sí se cubrirán las exigencias, si bien las entidades cuentan con todo el año para alcanzar los requerimientos. Toda vez que algunos bancos ya han reconocido tener excesos de capital por encima de las exigencias del BCE, el grueso del sector apunta a pasar este examen con facilidad.