Ya lo avisó el sindicato Comisiones Obreras a los pocos minutos de anunciarse la reapertura de la planta de Fuenlabrada: "No se considera a Fuenlabrada centro productivo. La lucha sigue". Y es que, ni siquiera reabriendo la que fue su mayor planta de producción en España, una gigante industrial al sur de Madrid que lleva cerrado a cal y canto desde abril de 2014, el embotellador único de la 'chispa de la vida' ha conseguido doblegar la voluntad férrea de su peor pesadilla: los 238 trabajadores que montaron el campamento sindical a las afueras de la factoría fuenlabreña, que han visto cómo, desde una posición de teórica inferioridad, iban obteniendo una victoria tras otra que esperan finiquitar con la victoria final: volver a sus puestos de trabajo exactamente en las mismas condiciones que el día antes de que los despidieran.
Por el camino, Coca-Cola y su 'pareja' Iberian Partners se han dejado tanto, en términos de reputación y dinero, que a buen seguro muchos se preguntarán en la compañía si deberían haber afrontado la estrategia de otra manera. Cuando el líder del campamento fuenlabreño, Juan Carlos Asenjo, y también tercero en la lista de Izquierda Unida por Fuenlabrada, explicaba en enero, dentro del campamento, que su único objetivo era la reapertura de la factoría madrileña, la compañía aún juraba y perjuraba que eso nunca ocurriría. Al contrario, se argumentaban los motivos por los que es más eficiente distribuir la bebida desde la periferia española hasta el centro mejor que a la inversa. En noviembre, ante la sentencia de la Audiencia Nacional, Iberian Partners valoraba "el auto de la Audiencia Nacional que no obliga a abrir Fuenlabrada".
Costes durísimos: presidencia y jurídico
Este viernes, la empresa ha tenido que dar marcha atrás y anuncia que Fuenlabrada estará operativa en 4 meses, si bien como centro logístico y no de producción. Una marcha atrás que supondrá la apertura del centro casi año y medio después de ser cerrado. En este tiempo, la marca norteamericana y su 'partner' controlado por la familia de Sol Daurella ha sufrido mucho. La Coca-Cola que propuso en 2013 un ERE para parte de sus trabajadores y el cierre de cuatro plantas productivas no se parece mucho a la Coca-Cola que queda ahora. En primer lugar, el propio presidente de la marca norteamericana en España, Marcos de Quinto, abandonó la empresa tras el bloqueo judicial a su ERE. La compañía aseguró que era un ascenso, pero lo cierto es que De Quinto, con perfil afable y adicto a Twitter, había llegado a sufrir una presión gigantesca a pesar de su intento por desvincularse de las decisiones de CCIP. El mexicano Jorge Garduño le sustituyó como director general de la compañía en España.
CCIP volvió a los brazos de Garrigues después de haber confiado a Sagardoy el diseño del ERE y la reestructuración
Otro cambio radical sufrido por la compañía fue el referente a su asistencia jurídica. La compañía venía trabajando históricamente con Garrigues, aunque Sagardoy consiguió hacerse con los servicios para la gestión del ERE después de una oferta a la baja. Sin embargo, tras el revés judicial provocado por la audiencia nacional, CCIP ha perdido la confianza en este bufete especialista en derecho laboral, para volver a confiar en Garrigues. Otro cambio, otra marcha atrás, provocada por las circunstancias. Fuentes próximas a la operación aseguran que el descontento de Coca-Cola con Sagardoy fue mayúsculo al ver cómo su ERE (diseñado por Equipo Económico, la consultora fundada por el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro) era echado para atrás por la justicia.
Coca-Cola dejó de confiar en Sagardoy para su asistencia jurídica, un contrato por el cual cobraba un 'fee' mensual, aunque la relación con Sagardoy sigue mientras se soluciona la gestión del ERE.
Otro cambio, tal vez menos relevante que los anteriores pero también significativo, es el que ha realizado la compañía en su agencia de comunicación favorita. Coca-Cola Iberian Partners estaba trabajando con Llorente y Cuenca, y hace apenas un mes se anunció su viraje a una de las agencias de comunicación más veteranas y con más prestigio: Estudio de Comunicación. Es Estudio quien ha elaborado el comunicado desarrollado este mismo viernes. Llorente seguirá llevando temas relacionados con Coca-Cola como marca, pero la comunicación del conflicto con los trabajadores pasa a la agencia donde trabajan, entre otros profesionales acreditados, el padre de la reina Letizia Ortiz.
En la marca norteamericana con sede en la calle Ribera del Loira de Madrid, la dirección de comunicación también cambió. Carlos Chaguaceda dejaba la compañía en el mismo mes (diciembre de 2013) en que se presentaba el ERE. La empresa incorporó en noviembre de 2014 a la conocida periodista Leticia Iglesias, con un extenso curriculum en televisión.
La derivada política de IU
Por último, habrá que ver el efecto que tiene sobre Izquierda Unida (también, en menor medida, sobre Podemos) el anuncio de reapertura de la planta de Fuenlabrada. Parecería ser que le ha venido en el mejor momento posible: a apenas 24 horas para que se hablan las urnas del municipio de Fuenlabrada, donde se localiza la planta cerrada en abril de 2014, y también de la Comunidad de Madrid. Porque se da la circunstancia de que fue precisamente IU, el partido histórico del principal líder sindical del 'campamento'. Ahora, las tesis de los trabajadores han conseguido un espaldarazo decisivo por parte de la justicia que ha acabado reabriendo la planta, aunque no con las funciones que los sindicatos pedían.
La historia, en cualquier caso, no ha acabado. Los 238 de Fuenlabrada mantienen su desafío, aunque no queda claro qué medidas tomarán para combatir la decisión de la empresa.
JC Asenjo de @cocacolaenlucha: "que el 24M la gente decida luchar" @jcaahg #22Miradas24M #24M http://t.co/lMPjMdPZPe pic.twitter.com/kV0Ci5Djuh
— Diso Images (@DisoImages) May 22, 2015