Los bonistas de la empresa de juego Codere, en preconcurso de acreedores, han presentado una nueva oferta de reestructuración para la compañía que prevé una quita de la deuda y una inyección de capital a cambio hacerse con parte de las acciones del grupo.
La propuesta de reestructuración, a la que ha tenido acceso EFE, se basa en la nueva ley Concursal, que ampara la vía de capitalizar la deuda, una solución a la que hasta ahora se habían opuesto la dirección del grupo de juego.
En el documento, los bonistas se muestran dispuestos a aceptar una quita del 35% en la deuda que el grupo tiene con ellos, que asciende a 1.039,6 millones de euros, con lo que quedaría reducida a 675 millones. Los bonos existentes tras la quita se convertirían en nuevas clases de títulos con vencimiento en 5,25 años.
Como contraprestación parcial por dicha quita, los bonistas recibirían el 96,8% de las acciones de la sociedad, de manera que los actuales accionistas verían reducida su participación al 3,2% de la compañía.
La oferta prevé distribuir las acciones asignadas a los bonistas en cuatro conceptos: entregas directas a dichos acreedores, compensaciones para directivos, una ampliación de capital y una prima de aseguramiento.
El 65,25% de las acciones de la sociedad -atribuidas a los bonistas como consecuencia de la quita- estarían dedicadas a una ampliación de capital de 200 millones de euros en la que tendrían prioridad de suscripción los actuales accionistas del grupo.
Por su parte, los bonistas aportarían 200 millones de euros mediante un contrato de financiación con un vencimiento a cinco años, con el que se amortizará la deuda vencida e impagada, y la parte de la ampliación de capital que no fuera suscrita por los accionistas.
El acuerdo también prevé compensar a los directivos de la sociedad mediante la entrega de hasta un 14,3% del capital social más opciones sobre títulos y conceder a los bonistas un derecho preferente de adquisición en futuras operaciones de compraventa de acciones derivadas de esta reestructuración.
Los bonistas defienden en su oferta que Codere "no puede hacer frente a sus obligaciones financieras" y que si no lleva a cabo una reestructuración de su deuda "en las próximas tres semanas deberá solicitar el concurso" de acreedores. Asimismo, asegura que la propuesta "es claramente beneficiosa para la sociedad" -su "única alternativa"- y que cuenta con el visto bueno de los titulares de más del 80% del valor nominal de los bonos existentes.
Por ello, considera que un posible rechazo por parte del Consejo de Administración "es irrazonable y se basa, muy probablemente, en la decisión premeditada del Consejo de rechazar cualquier propuesta que conlleve una capitalización de deuda", por lo que insta al organismo a dar su aprobación antes del 26 de marzo.