El futuro de Dinosol no termina de despejarse. La escisión de la compañía y su posterior venta parcial al grupo lituano Máxima genera no pocas dudas en el sector y también entre los trabajadores de la compañía. Los nuevos dueños no parecen dispuestos a inyectar mucho dinero en el proyecto como prueba el hecho de que la firma báltica tan sólo asumirá una pequeña parte de la deuda con proveedores, que asciende a unos 200 millones de euros.
La operación ha generado gran preocupación en el entorno del sector, especialmente entre los proveedores y también entre los empleados del grupo, en tanto en cuanto los planes de Máxima en España son desconocidos. Fuentes sindicales aseguraron a Vozpópuli que aún no han tenido encuentros con los responsables de Máxima y que esperan reunirse con ellos cuando la operación se haya firmado.
El negocio de Dinosol en Canarias, la parte que no ha sido vendida a Máxima, será sostenido por la banca acreedora, que se ha comprometido a inyectar 20 millones de euros y extender los préstamos existentes hasta 2014 para garantizar la viabilidad de la compañía. Sin embargo, la nueva financiación será notablemente más cara, lo que también repercutirá en el devenir de la división canaria de Dinosol.
Descenso de ventas hasta febrero
Mientras, la dinámica de la compañía continúa siendo francamente negativa. Según ha podido saber este diario, Dinosol ha cerrado los dos primeros meses del año con un descenso del 6% en la facturación, con lo que ha dejado de ingresar aproximadamente 12 millones de euros en relación con la cifra registrada en el mismo periodo del año anterior.
Durante la tarde de ayer, Dinosol desmintió una información publicada por Europa Press en la que se aseguraba que Máxima se había hecho con la compañía por el precio simbólico de un euro. El director general de Dinosol, Javier Pérez de Leza, envió una carta a los empleados de la compañía en la que les tranquilizó respecto a la situación de la compañía aunque admitió que el escenario actual no es el que habían previsto.
Por el momento, la operación de Máxima está plagada de dudas que ambas partes se han comprometido en despejar cuando se firme definitivamente la compraventa, de acuerdo con el comunicado emitido por Dinosol en el que desmentían el precio de la misma. Agile Finance, brazo inversor de Máxima, aseguró que se hará responsable de la "deuda actual" de Supersol, que "será satisfecha en su totalidad", así como de las obligaciones contraídas con empleados, proveedores o clientes, según informa Europa Press. Agile recalca su condición de inversor industrial e insiste en que su plan incluirá una "inversión relevante" en Supersol.