Correos y Telegráfos quiere internacionalizarse y estudia aterrizar en Portugal mediante la compra de un operador local para pergeñar un "Correos Ibérico", como dijo el pasado lunes en el Congreso el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre. Pero, en principio, no entra en los planes de la compañía estatal la compra de su homólogo luso, CTT, cuya privatización ultima el Gobierno portugués.
Así lo ratifican fuentes oficiales de la empresa que preside Javier Cuesta Nuin, después de que el pasado lunes unas declaraciones de Aguirre en la Cámara Baja sembraran el equívoco y alimentaran especulaciones sobre un posible interés por CTT de la empresa española, que está adscrita a la SEPI.
"Espero que en breves meses podamos tener buenas noticias si nos fijamos en alguna operación que se está gestando en Portugal", dijo Aguirre a sus señorías. Posteriormente, el exdiputado popular explicó a la prensa que negocia la compra de un operador postal del país vecino (sin dar más detalles) con el objetivo de "tener presencia en un Correos Ibérico que abarque toda la península".
Desde Correos niegan que la empresa haya estudiado una posible entrada en CTT y señalan que se están analizando posibilidades en Portugal, en línea con lo que ya manifestó su presidente en diciembre pasado, al presentar las líneas estratégicas de la empresa.
Lisboa se inclinaba en un primer momento por la venta directa pero estudia combinar esta opción con una OPV.
Si hay una operación en el sector en marcha actualmente en Portugal esa es la venta de la estatal CTT, que el Gobierno luso quiere privatizar antes de final de año con la intención, como es lógico, de "extraer el máximo valor" a la empresa, como dijo la semana pasada el secretario de Estado de Transportes portugués, Sérgio Monteiro.
Pero parece improbable que Correos se meta en ese jardín, teniendo en cuenta que está en pleno proceso de desapalancamiento para liberarse de la pesada "mochila de deuda" de más de 700 millones de euros que heredó del Gobierno socialista (como dijo Aguirre el lunes) y que Lisboa aspira a ingresar hasta 600 millones con la venta de CTT. Los fondos obtenidos irán destinados a aliviar la elevada deuda pública lusa, que ya roza el 128% del PIB de Portugal.
La empresa, que en agosto pasado solicitó al Banco de Portugal la licencia para crear un banco postal (e intentar maximizar así su valor) registró en 2012 un Ebitda de 92 millones de euros y tiene más de 12.600 empleados.
El Ejecutivo luso, que está asesorado en la venta de CTT por Caixa BI y JP Morgan, se inclinaba en un primer momento por la venta directa de la empresa, aunque, según publicaba este martes Jornal de Negócios (JdN) en su edición impresa, ahora cobra fuerza la opción de combinar esa opción con una colocación en Bolsa de más del 51% del capital, a la vista de la elevada demanda registrada en operaciones recientes de homólogas europeas como la belga BPost o la británica Royal Mail, esta misma semana.
Aunque la opción de la OPV ya estaba prevista en el decreto de privatización de CTT promulgado por el Ejecutivo luso el pasado 25 de julio, el viraje del Gobierno ha provocado sorpresa e "irritación" en los ocho grupos que hasta ahora habían expresado al Ejecutivo del conservador Pedro Passos Coelho "manifestaciones de interés" para comprar la totalidad de la compañía, según JdN.
Entre los interesados por CTT, según los medios locales, figuran la estatal Correios de Brasil, fondos como Permira y Apax y los grupos logísticos locales Urbanos (en alianza con el banco de inversión dubaití Shuua) y Rangel.
Excluido el servicio universal, única actividad que no está liberalizada y que seguirá en manos de CTT hasta 2020, en el sector postal portugués operan, según datos del regulador local (Anacom), cerca de sesenta empresas, entre las que están Cronopost, CTT Express (filial de la empresa lusa), DHL, FedEx, Ibercorriere, Logista, Rangel, TNT, UPS, Vasp y Tourline Express, marca española de CTT.