Aún no ha salido el sol cerca de Rennes (Bretaña francesa). Arranca la producción en la factoría de Triballat Noyal, desde donde se reparten cada día miles de productos alimentarios hacia toda Europa: yogures, bebidas de soja, postres lácteos, mantequilla o quesos. Esta empresa tiene una peculiaridad: se ha especializado desde hace años en agricultura y ganadería bio o ecológica. Un tipo de alimentos muy de moda en algunos países europeos y que han vivido un impulso planetario este mismo viernes con la compra de Whole Foods Markets por parte de Amazon y por más de 13.000 millones de euros.
Sin manejar las cifras de los gigantes norteamericanos, Noyal mueve cifras de gigante europeo y en un sector muy atomizado factura 280 millones en productos que obtienen la certificación de la Unión Europea ya que en el tratamiento de las materias primas sólo permiten una serie de productos fitosanitarios o plaguicidas, y los animales se han de alimentar básicamente con hierba y prescindir de piensos artificiales. En los mercados de nuestros vecinos del norte ya hace tiempo que es una exigencia tener productos ecológicos. No tanto en España, donde el principal retailer del país, Mercadona, no tiene un solo producto ecológico o bio todavía en sus lineales. En Triballat han hablado con los valencianos para colocar sus marcas Vrai o Sojasun en sus lineales, aunque no ha habido acuerdo en los precios y han decidido optar por otros socios. "Si aceptarámos ciertos precios estaríamos devaluando nuestro propio producto y no tenemos necesidad de hacerlo", asegura a este diario Nicola Penelle, CEO de la empresa.
Así las cosas, Carrefour y Alcampo, ambas grandes superficies francesas que ya conocen estos productos y los valoran, son algunos de sus principales clientes en España. También otra serie de supermercados regionales. El proceso de expansión, aseguran, solo acaba de empezar.
¿Cómo es una granja ecológica?
Las granjas ecológicas que sirven leche para los productos de Vrai tienen sus peculiaridades. Los ganaderos aseguran que sus vacas pueden andar cada día, alejándose hasta 1 kilómetro y medio como máximo de la zona de ordeño. Que duermen fuera de abril a noviembre y que pasan un tercio del día en el campo y el resto descansando o siendo ordeñadas.
El engorde también es diferente, se realiza con hierbas y no tanto con silos de maíz y productos más ricos en energía. Por ello tardan más en parir (2,5 meses frente a los 2 meses de ganadería convencional) y más en ser retiradas para carne (9 años pueden durar dando leche, frente a apenas 5 de la ganadería convencional). A todo eso, se suma que un 40% de las vacas parirán solo una vez en la vida. Y es imposible que la alimentación con hierbas produza "toros de 400 kilos en 15 meses", como aseguran que ocurre con los piensos industriales. Sin embargo, a pesar de todo ello, los agricultores que trabajan para Triballat Noyal ven rentabilidad en trabajar en el circuito ecológico: "Los precios son mucho más estables en circuito bio que en convencional. El convencional depende del precio mundial de la manteca, leche en polvo y el consumo mundial. La leche ecológica tiene un circuito mucho más reducido en kilómetros y el coste de transporte es menor", aseguran los ganaderos galos.
Los ganaderos bretones se pasan en masa a la producción ecológica, y nadie hace el camino inverso
El objetivo es producir todo en la finca sin comprar nada fuera. Las distintas zonas de la finca ven crecer sus hierbas a la espera de que las reses entren en ellas y se las coman. Las malas hierbas se quitan con medios mecánicos, dado que los fitosanitarios que han generado tanta polémica en los últimos tiempos están prohibidos. Sólo el 3% de la producción láctea francesa es ahora mismo ecológica, pero en Bretaña "decenas de ganaderos están pasándose a este tipo de producción, mientras que no conozco a nadie que haga el camino inverso". Todo ello a pesar de la menor producción. La ganadería convencional produce 10.000 litros por hectárea. Con métodos ecológicos, se reduce a 4.000. Comprar la soja transgénica podría producir hasta 1 millón de litros por hectárea, una diferencia brutal con los métodos tradicionales.
Esta materia prima ecológica se combina con una maquinaria industrial para crear los productos en la que los galos han invertido 50 millones de euros, configurando una cadena de montaje perfectamente mecanizada.
España 'ama' las cabras
Los franceses creen que tienen muchas posibilidades de crecer con productos ecológicos en España. El motivo es que el mercado aún no se ha estirado lo suficiente en el país pero sus estudios muestran una pasión creciente por el mercado ecológico, sobre todo en las ciudades y en el norte.
Una de las características del mercado español es que es un gran amante de los productos de leche de cabra. Tanto españoles como franceses consumen un 75% de productos ecológicos de vaca. Pero en segundo lugar, para los españoles los productos de cabra tienen una penetración del 20%.
La empresa del grupo familiar francés dispone incluso de una fábrica en España, concretamente en la localidad murciana de Moratalla, una finca con una ganadería propia con 1.200 reproductoras de ordeño y con un volumen anual de 500.000 litros. La finca posee su propio manantial de agua y en ella se elaboran yogures y quesos con leche de cabra ecológica. Estos son videos de cómo es un día normal en la fábrica de montaje de Vrai en Rennes.
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