Pocos días después del fallecimiento de José Manuel Lara Bosch, en febrero de 2015, su familia cerró filas para poner al frente de su negocio editorial a José Creuheras y a José Manuel Lara García. Es decir, a un tándem conformado por un experimentado directivo y por el primogénito del difunto presidente, a quien tutelaría Creuheras hasta que estuviera preparado para tomar las riendas del holding. Nada de eso ocurrirá, dado que en las últimas semanas ha sido destituido de sus puestos de responsabilidad en Planeta y Atresmedia; y ha dejado el poder en manos de quienes fueron los hombres de confianza de su padre, que cuentan con el respaldo de la mayoría del capital.
Este jueves se ha confirmado su dimisión del Consejo de Administración de Banco Sabadell ante la perspectiva de que la entidad bancaria asuma la propiedad del edificio de Inversiones Hemisferio –la patrimonial de los Lara- en la Avenida Diagonal de Barcelona. Esta operación, a día de hoy, no está cerrada.
La idea inicial que se baraja en la familia pasa por realizar una operación de compraventa –que estiman que podría cifrarse entre 180 y 200 millones de euros- y, a partir de ahí, iniciar el proceso de reestructuración de la deuda de Inversiones Hemisferio. A finales de 2016, esta sociedad debía 464,5 millones de euros a los bancos.
Las inversiones inmobiliarias de esta patrimonial estaban valoradas entonces en 158,4 millones de euros (terrenos y construcciones), según el último informe de cuentas que obra en poder del Registro Mercantil, en el que se refleja la venta por 52,5 millones del edificio que poseía en la calle Arribau, de Barcelona.
Desde Planeta han declinado hacer comentarios sobre esta operación. Sin embargo, fuentes conocedoras de la operación inciden en que la editorial se mantendrá en el edificio de la Avenida Diagonal en régimen de alquiler, como actualmente.
La salida del Consejo
Fuentes del entorno de los Lara inciden en que la marcha de Lara García del Consejo de Administración de Banco Sabadell era “cuestión de tiempo” y la desvinculan de los motivos que provocaron su salida de Atresmedia y de Planeta. En este sentido, recuerdan que José Manuel Lara Bosch, Isak Andic (Mango) y Joaquin Folch-Rusiñol (Titán) entraron en la entidad bancaria en 2006 a través de Famol, una sociedad con la que compraron la participación de La Caixa.
Andic y Folch-Rusiñol abandonaron el órgano de gobierno de la entidad bancaria en 2013 y 2017, respectivamente, y ya se han deshecho de sus acciones en Famol. Ante la ruptura de esta alianza, la salida de los Lara del Consejo era previsible, señalan los mismos informantes.
En un hecho relevante difundido este jueves, la entidad bancaria la ha justificado en el deseo de Lara García de “mantenerse al margen de la gestión llevada a cabo por Inversiones Hemisferio y Grupo Planeta. Es decir, de desligarse de la gestión de las empresas que ha heredado. Su sustituta será María José García Beato, secretaria general de la entidad bancaria.
Tercera generación
Sea como fuere, la noticia aleja definitivamente al representante de la tercera generación de los Lara de los focos donde se decide el rumbo de los negocios familiares. Este proceso de salida se inició oficialmente el pasado 12 de febrero, cuando Planeta anunció su destitución como consejero delegado de la editorial en un escueto comunicado en el que confirmó que sería relevado por Carlos Fernández, hasta entonces vicepresidente ejecutivo.
Pocas semanas después, el grupo forzaba su dimisión como consejero de Atresmedia ante la pérdida de confianza en Lara García.
En la carta que remitió Planeta al Comité de Nombramientos y Retribuciones de la compañía audiovisual, solicitaba la dimisión en su cargo como consejero de Atresmedia, algo que no se produjo. Por esta razón, pidió su cese y su sustitución por alguien “que represente lealmente sus intereses en el Consejo de Administración de la sociedad”. Todo, para evitar “el potencial conflicto de intereses (…) en la defensa del interés social de Atresmedia”. También “los riesgos asociados al futuro cumplimiento de sus deberes como consejero dominical de esta sociedad”.
Una vez tomadas estas decisiones, Creuheras se ha reivindicado con el líder de los negocios y como el hombre de confianza de la mayoría del capital. En esta guerra familiar, la viuda de Lara Bosch y sus hijos han quedado con una minoría accionarial y sin representación en los consejos.