Iberdrola es partidaria de que se lleve a cabo una auditoría de los costes del sector eléctrico, una petición que reclaman desde hace meses algunos ámbitos (en especial, el lobby renovable) ante la reforma con la que el Gobierno lleva un año amagando para poner fin al descomunal problema del déficit tarifario, y a la que hasta ahora las eléctricas tradicionales se habían mostrado reacias.
La propuesta llegó el pasado martes, en unas jornadas celebradas por la Real Academia de Ingeniería (RAI) bajo el título "Desequilibrios del sector eléctrico. Retos a afrontar". El director de Regulación de la primera eléctrica española, Carlos Sallé, reclamó, sin que nadie mencionara esta cuestión previamente, que se realice una auditoría de los costes del sistema para desmontar teorías “de gran aceptación populista” como la de los windfall profits (beneficios caídos del cielo) que, según algunos expertos, les llueven a las centrales nucleares e hidráulicas por estar ya amortizadas.
Una teoría que parece haber calado en el Ministerio de Industria, cuyo titular, José Manuel Soria, ya ha apuntado en alguna ocasión que esas plantas están "amortizadas" pese a que su secretario de Energía, Fernando Marti, votó en contra del informe de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que puso esta cuestión sobre la mesa cuando era vicepresidente del organismo.
Según Sallé, tiene “gran predicamento” decir que las eléctricas “se forran” gracias a los CTC percibidos hasta mediados de la pasada década (Costes de Transición a la Competencia, unos 8.500 millones que recibieron para compensarles por una liberalización que se ha demostrado fallida) y a que operan en un mercado marginalista, en el que todas las tecnologías del pool cobran el mismo precio (el de la última tecnología que se casa en esa bolsa, normalmente, el gas). Ese discurso, dijo Sallé, es “muy atractivo” y sólo lleva “once segundos” expresarlo; pero hace falta “mucho tiempo” para desmontarlo.
La semana pasada, el lobby renovable entregó en Bruselas más de 100.000 firmas en favor de que se audite al sector; Unesa lo ha rechazado
De ahí su apoyo a que se realice una auditoría al sector, una petición que choca con el discurso de la patronal eléctrica, Unesa. Su presidente, Eduardo Montes, rechazó en mayo pasado esa idea en una entrevista con el diario El Economista: “He trabajado en muchos sectores y a nadie jamás se le ha ocurrido preguntarme cuáles son mis costes, que me pagarán en función de ellos. Además, las eléctricas tienen sus cuentas auditadas anualmente por firmas de prestigio”, recordó Montes.
La propuesta de Sallé llega una semana después de que defensores de las energías renovables en España entregaran en Bruselas al comisario europeo de Energía, el alemán Günter Oettinger, más de 100.000 firmas para reclamar “una auditoria energética que ponga en evidencia el origen y los beneficiarios del abultado déficit tarifario eléctrico español”. Este miércoles, Oettinger insistió, a través de su cuenta en la red social Twitter, en que "el déficit tarifario debería ser afrontado integralmente evitando medidas retroactivas que afecten a las renovables".
El director de Regulación de Iberdrola subrayó que “todos los mercados de todos los productos son marginales”; que las centrales “no están amortizadas”; que la diferencia entre el coste que ofertan y el precio marginal no son windfall profits, sino que permite “recuperar los costes fijos, que son muy elevados”; que los CTC fueron “una cantidad ridícula en relación con el inmovilizado que tenían y tienen estas instalaciones”; y que, de plantearse la teoría de los beneficios caídos del cielo en cualquier otro sector de la economía, “sería visto como una aberración”.
La Real Academia de Ingeniería reunió a directivos de las tres mayores eléctricas y los dos principales grupos de renovables
Sus palabras tuvieron rápida respuesta, ya que la RAI logró sentar en torno a una misma mesa a directivos de las tres grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa y Gas Natural-Fenosa) y de los dos primeros grupos españoles de renovables, Abengoa y Acciona. Ambos bandos llevan tiempo intercambiando bofetadas dialécticas mientras el Gobierno define su anunciada reforma energética para poner orden en el desbarajuste del multimillonario déficit de tarifa eléctrico.
José Domínguez Abascal, secretario general técnico de Abengoa, dejó clara la postura del grupo andaluz sobre los windfall profits: “Yo creo que sí existen”, señaló. Abacal, que afeó al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, sus ataques a la energía termosolar (de la que el grupo sevillano es líder mundial), recordó cómo hace años “veíamos a las grandes utilities españolas defendiendo que había que hacer más nucleares porque era lo rentable”, una petición que ha quedado enterrada tras Fukushima y la caída de la demanda consecuencia del reventón económico.
En la jornada también estuvieron presentes el director de Planificación de Gas Natural Fenosa, José María Egea; José Casas Marín, subdirector general de Estrategia, regulación, medioambiente y desarrollo sostenible de Endesa; y Santiago Gómez Ramos, director de Gestión y energía de Acciona Energía. Cada uno defendiendo lo suyo: los prorrenovables, las bondades de estas energías, y los directivos de las eléctricas tradicionales, el impacto en el déficit de tarifa de las primas que reciben, cuya factura sigue creciendo. Hasta octubre, el régimen especial (renovables y cogeneración) recibieron 7.416 millones de euros en primas, un 24% más que un año antes, según datos publicados este miércoles por la CNE.
En el debate también hubo coincidencias (pocas) en algunos puntos, como la exigencia de que el sector del transporte también contribuya a la resolución del déficit de tarifa mediante la aplicación del céntimo verde a los carburantes, una opción que el Gobierno ha desechado.