En 2013, el grupo Inditex facturó la cifra récord de 16.724 millones de euros, un 5% más, y batió otro récord de ganancias con 2.377 millones (un 1% más) tras pagar 671 millones en impuestos sobre beneficios (un 12,1% menos) y aumentar considerablemente los recursos del entramado societario que el grupo ha tejido en los últimos años en dos territorios de muy baja presión fiscal: Holanda y Suiza.
El pasado ejercicio, la multinacional controlada por Amancio Ortega, el español más rico del mundo, tenía 26 filiales en esos dos países (20 en Holanda y otras seis en Suiza) que, de acuerdo con la última memoria anual de Inditex, contaban con unos fondos propios de casi 5.478 millones de euros, lo que supone un aumento del 15,9% (752 millones más) con respecto a un año antes.
A 31 de enero de este año, el grupo Inditex contaba con unos fondos propios totales de 9.246 millones de euros, un 9,4% más que un año antes, por lo que las subsidiarias en Holanda y Suiza (donde Inditex tiene, respectivamente, 50 y 22 de sus 6.340 tiendas en todo el mundo) supondrían en torno al 60% de esa cifra, más que ningún otro país del mundo (España incluida). Los fondos propios pueden definirse como los recursos acumulados por una empresa a lo largo de los años, sumando las aportaciones de los accionistas y los beneficios que todavía no ha distribuido como dividendos.
Holanda y Suiza han cobrado una importancia creciente en el grupo con sede en Arteixo (A Coruña), que, en puridad, no declara operaciones en ninguno de los territorios a los que la Agencia Tributaria española considera paraísos fiscales y que utiliza muchas de sus filiales en suelo holandés y helvético para gestionar su ingente tesorería (su deuda bancaria es prácticamente inexistente), realizar sus operaciones de financiación y, claro está obtener un tratamiento fiscal más favorable para las plusvalías y los dividendos procedentes de filiales ubicadas en otros territorios.
Una muestra de cómo Holanda y Suiza han ganado peso en el entramado societario de la multinacional es que en enero de 2009 el grupo contaba con 13 filiales en esos dos países, que entonces contaban con unos recursos propios de 2.046 millones de euros. A grandes rasgos, la mitad que ahora, o incluso menos, en apenas un lustro.
10 sociedades de cartera, tres financieras, una central de compras y una prestación de servicios suman más de 5.200 millones en recursos
De las 26 filiales que el grupo tiene actualmente domiciliadas en Holanda y Suiza, sólo nueve están relacionadas con el negocio puro de Inditex al tratarse (a excepción de Zara Vastgoed, BV, una inmobiliaria con sede en Amsterdam) de sociedades comerciales dedicadas a la actividad de “venta al público”, ligadas a las diferentes cadenas que están presentes en esos dos países.
El resto son sociedades de cartera (nueve en Holanda y una en Suiza), financieras (tres, todas en Holanda, y una de ellas constituida el año pasado), una central de compras y una empresa de prestación de servicios, que suman unos fondos propios de más de 5.200 millones de euros.
Entre esas filiales están tres de las cuatro principales financieras de la compañía en todo el mundo, con recursos que suman 1.428 millones (la otra está en Irlanda, otro país de baja presión fiscal); dos sociedades de cartera que suman unos fondos propios de más de 2.600 millones de euros (más que ninguna otra filial del grupo) y una empresa prestadora de servicios, ITX Merken BV, que gestiona desde Holanda los derechos de imagen de las diferentes marcas del grupo y que, según una reciente investigación de la agencia Bloomberg, tiene un papel clave en el esquema ideado por el gigante textil para optimizar su factura fiscal.