Toque de atención al Gobierno de uno de los lobbys de empresarios más influyentes de España. El Instituto de la Empresa Familiar (IEF) ha criticado con dureza al Gobierno por los desequilibrios que muestra el sector público, basados en la deuda y el déficit públicos, lo que repercutirá de forma negativa en la generación de empleo. Ignacio Osborne, que ha tomado este miércoles el testigo de Javier Moll al frente del IEF, se ha estrenado con un discurso plagado de críticas y mensajes hacia la clase política.
Osborne ha puesto en valor los sacrificios que han llevado a cabo las empresas durante los últimos años, marcados por la grave crisis económica, y que han sido cruciales para la creación de nuevos puestos de trabajo. “En cambio, el sector público presenta desequilibrios, manifestados en cifras como el déficit y la deuda”, ha señalado el consejero delegado del Grupo Osborne, que después ha contrastado las diferentes formas de afrontar la crisis de unos y otros. “mientras nosotros hemos recortado nuestro endeudamiento, el del Estado ya supera el 100% del PIB. La situación es soportable ahora por los bajos tipos de interés, pero más adelante dejará de serlo”.
El empresario también aludió de pasada a las cifras del déficit, que se han situado al cierre de 2015 un punto por encima de las exigencias de la Comisión Europea. El Ejecutivo comunitario puso en duda este martes las previsiones del Gobierno español sobre el desequilibrio de las cuentas públicas para 2016.
Ante un auditorio plagado de socios ilustres del IEF como los presidentes de Acciona, José Manuel Entrecanales; de Mercadona, Juan Roig; y de Grupo Barceló, Simón Pedro Barceló (todos ellos antiguos presidentes del lobby), Osborne se ha mostrado tajante en su mensaje al Gobierno. “Pedimos responsabilidad. Es necesario reexaminar el modo en que el Estado gasta el dinero público”, ha aseverado para después criticar de forma velada que la programada simplificación de la estructura de la Administración Pública se ha quedado a medio camino.
La incertidumbre política
“Lo peor para los empresarios es la incertidumbre. Y ahora vivimos una situación anómala, incómoda y que no es buena para España. Somos apolíticos pero más necesarios que nunca”, concluyó Osborne.
Declarado enamorado del IEF, Osborne se ha convertido en el duodécimo presidente de la historia de la asociación empresarial, que el próximo año cumplirá sus bodas de plata. “Mi empresa no es de las que más factura entre las que componen el IEF pero la mía es la sexta generación al frente de la compañía, que ya tiene accionistas pertenecientes a la séptima. Es decir, es todo un ejemplo de resiliencia, como se dice en estos días”.
El IEF dio a conocer al término de su asamblea anual el resultado de la encuesta que lleva a cabo entre sus socios sobre aspectos relacionados con la situación política y económica. Contrasta la puntuación de 2,2 (en un baremo de 0 a 9) que se le da a la situación política con el 5,46 que obtiene la situación económica, la más elevada de los últimos años.
La encuesta también refleja que una amplia mayoría (un 81%, igual que en 2015) espera un incremento moderado de la actividad económica con una limitada creación de empleo. La mayoría también espera incrementar sus ventas en los próximos años y mantener o incrementar su plantilla.