Los bancos españoles ya tienen preparado un cheque de 4.000 millones para afrontar las nuevas provisiones (IFRS 9) que entran en vigor el 1 de enero de 2018. Aunque los directivos de las principales entidades se negaron a dar estimaciones en las presentaciones de julio (ante periodistas y analistas), no ha ocurrido lo mismo ante la CNMV. Así, casi todos los grandes bancos han ido detallando en sus informes semestrales el impacto esperado de IFRS 9, ante la presión del supervisor.
Una de las principales conclusiones de estas cifras es que el impacto para los bancos españoles será menor que la media europea. Así, las siete entidades que han dado previsiones estiman un coste medio de 30 puntos básicos, frente a los 45 puntos que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) pronosticó a nivel europeo. Este organismo vaticina del mismo modo un incremento del “volumen de provisiones del 13%.
Estas nuevas provisiones no mermarán la cuenta de resultados de los bancos de final de año, ya que los bancos pueden cargar la factura contra capital, al tratarse de un cambio normativo. La principal novedad de IFRS 9 es que se abandona el tradicional método de dotar por pérdida incurrida a otro de pérdida esperada. Es decir, que los bancos van a tener que provisionar créditos al corriente de pago.
Las entidades españolas insisten en sus informes semestrales que sus cifras son provisionales, ya que todavía no está aprobada la circular del Banco de España con la letra pequeña regulatoria. Han preparado estas estimaciones con el borrador. A pesar de ello, la CNMV ha insistido mucho en que los bancos publicaran algún tipo de previsión en los resultados del primer semestre, ante la preocupación del mercado por esta novedad.
Mayores impactos
De las cifras hechas públicas hasta ahora se desprende que los mayores impactos serán los que sufran BBVA y Banco Sabadell. La entidad presidida por Francisco González anuncia que "con la información preliminar disponible […] las estimaciones que las que cuenta el grupo no difieren significativamente" de las de la EBA. Es decir, 45 puntos básicos y un 13% más de provisiones. Lo que, según sus últimas cifras de capital, implicaría unos 1.650 millones.
Por su parte, Sabadell sufriría el mayor impacto comparativo, al anunciar un impacto estimado en su capital de máxima calidad (fully loaded) de 50-60 puntos básicos, lo que implicaría limar sus fondos propios en 350-400 millones.
Los mayores impactos por las nuevas provisiones son: BBVA (1.650 millones), Santander (1.100 millones), Sabadell (350-400 millones), Bankia (335 millones) y CaixaBank (230 millones)
Santander limita el potencial impacto a apenas 15-20 puntos básicos, lo que implicaría una reducción neta de recursos propios de 1.100 millones. La venta de activos problemáticos de Banco Popular (30.000 millones) ayudará a la entidad presidida por Ana Botín a digerir mejor la nueva normativa. El caso de CaixaBank es similar, con un reducción de su capital de 15 puntos básicos (230 millones) por las nuevas provisiones.
Del resto de entidades, Bankia prevé tener un impacto similar al anunciado por EBA (45 puntos de capital, o 335 millones); Liberbank cree que se va a quedar por debajo de las cifras de la Autoridad Bancaria (unos 50 millones si fueran 30 puntos); Bankinter pronostica un golpe de entre 10 y 15 puntos básicos (40 millones); y Unicaja es a la que menos le impactaría la nueva norma, en apenas 5-10 puntos básicos (20 millones), "dados los estrictos y prudentes criterios de clasificación y de estimación de provisiones que mantiene el grupo".