El inminente proceso de fusiones apadrinado por el Banco de España podría no ser tan inminente. Al menos esta es la opción que manejan en la agencia de calificación crediticia Fitch, que acaban de publicar un informe sobre la banca mediana española y sus posibilidades de futuro, y al que ha tenido acceso Vozpópuli. A pesar de que los incentivos serán cada vez mayores para que haya fusiones, estos analistas creen que "es improbable que se lleven a cabo antes de finales de 2016", según consta en el informe.
La rentabilidad cada vez más reducida del sector financiero español, una preocupación mostrada por el Banco de España en su último informe de Estabilidad Financiera, es la razón principal que ha alimentado la idea de impulsar un nuevo proceso de consolidación en la banca nacional, de forma que el sistema pase a tener menos de una decena de entidades bancarias. Por su posición de debilidad relativa y por tener un tamaño lo suficientemente grande como para provocar sinergias, han sido las entidades medianas (al margen de Bankia) las que han protagonizado la mayoría de rumores respecto a una posible fusión o absorción por parte de otro banco mayor.
Sin embargo, es poco probable que las fusiones de la banca comiencen antes de 2017 porque "los bancos medianos en el corto plazo pueden, al menos parcialmente, mitigar las presiones en sus cuentas de resultados con costes más bajos de financiación" entre otras causas, a las que se suma el hecho de que "no es urgente" el apetito por realizar nuevas adquisiciones por parte de los posibles compradores: los grandes bancos españoles y los inversores internacionales.
Las compras no están en la agenda
A pesar de que durante la ronda de presentaciones de resultados de la banca correspondientes al tercer trimestre los consejeros delegados de las principales entidades financieras españolas han venido reiterando que estudiarán cualquier oportunidad de compra que surja, en opinión de los analistas de Fitch la opción real de salir de compras no es "urgente". La estrategia para 2016 de los grandes bancos pasa primero incrementar su rentabilidad y por digerir las últimas adquisiciones (BBVA con Catalunya Banc, por ejemplo).
Otros bancos de tamaño mediano-grande, como Popular y Sabadell, "están centrados en desinvertir sus activos del ladrillo, reforzar sus líneas de negocio en pymes y expandir su internacionalización, en Latinoamérica en el caso del Popular y en Reino Unido en el caso de Sabadell", señalan desde Fitch. Tampoco ven un especial interés por parte de inversores internacionales, toda vez que las posibles entidades en venta adolecen de un atractivo (por su escasa rentabilidad) y no generaría sinergias de ningún tipo en entidades foráneas sin presencia en España.
Los más fusionables, los más débiles
En opinión de los analistas de Fitch, las entidades más proclives a participar en una futura ronda de fusiones o adquisiciones serán aquellas que presenten una mayor debilidad. Bancos con ratios de capital más fuertes como Kutxabank (CET1 13,95%) y Abanca (CET1 15,63%) "son menos vulnerables a la hora de ser protagonistas de una compra y tienen menos presión para embarcarse en un potencial proceso de consolidación", explican.
Según los analistas de Fitch, las entidades más proclives a participar en una futura ronda de fusiones o adquisiciones serán aquellas que presenten una mayor debilidad
Además, entidades medianas como Kutxabank y Ibercaja tienen perfiles de ingresos mejor diversificados, lo que les hace "más resistentes frente a posibles caídas en los ingresos", añaden desde Fitch, que prevén estas dos antiguas cajas tendrán mejores opciones para permanecer en solitario.
Sin embargo, una reciente ley española juega en contra de las entidades controladas por fundaciones bancarias (las antiguas cajas). Kutxabank, Ibercaja y Unicaja se verán obligadas a disponer de reservas adicionales de capital en el caso de que las antiguas cajas sigan siendo las accionistas mayoritarias de sus negocios bancarios y se resistan a sacar a Bolsa participaciones grandes. En el caso de que decidieran continuar como accionistas mayoritarios el coste para Kutxabank superaría los 252 millones de euros, los 227 millones en el caso de Unicaja y los 185 millones para Ibercaja.