La pesadilla no termina para Reyal Urbis. Mientras trata de alcanzar un acuerdo con sus principales acreedores sobre un convenio que le permita salir del concurso, la asfixia financiera ha llegado hasta el complejo Castellana 200, prácticamente la única joya que le queda tras vender el emblemático ABC Serrano. Reyal Urbis negocia a marchas forzadas la refinanciación de la deuda de la sociedad de la que depende el complejo, que asciende a unos 230 millones.
La situación de Castellana 200, que ya cuenta con actividad tanto en la zona de oficinas como en los bajos comerciales y el parking subterráneo, se ha complicado debido a que la sociedad ha incumplido una de las cláusulas impuestas por la banca a la hora de contratar la financiación. En concreto, la referida a la ratio deuda/valor de activos (loan to value, LTV), que debería haber estado por debajo del 95% a partir de julio del presente ejercicio.
El incumplimiento de este compromiso ha hecho que la deuda asociada a la financiación de la sociedad, lograda a través de un préstamo sindicado, haya pasado a ser exigible a corto plazo al entrar en causa de amortización anticipada.
De este modo, Reyal Urbis, principal accionista de Castellana 200, está negociando un nuevo acuerdo con las entidades para evitar que los vencimientos a corto plazo se lleven a la sociedad por delante.
Sareb, principal acreedor
En su día, el préstamo sindicado obtenido por Reyal Urbis para el desarrollo de Castellana 200 estaba participado mayoritariamente por Bankia y Banco de Valencia, a los que acompañaron BBVA, Banco Santander y Banco Sabadell. Todos ellos figuraban entre los principales acreedores de la propia Reyal Urbis.
Así, ahora es la Sareb el principal acreedor de Castellana 200, toda vez que las carteras de créditos de Bankia y Banco de Valencia, en tanto en cuanto se trata de entidades financieras intervenidas, pasaron al banco malo. En concreto, la Sareb cuenta con casi el 40% del préstamo sindicado, mientras que Sabadell tiene un 22,5% y Santander y BBVA se reparten el resto en partes muy similares.
En los últimos meses, Castellana 200 comenzó a recibir a los primeros inquilinos de sus oficinas, entre los que se encuentran la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis y el fabricante de bebidas Schweppes. Además, también se abrió el espacio comercial, donde destacan los centros de la firma de moda H&M y el distribuidor de electrónica de consumo Media Saturn.
Auditoría con salvedades
Sin embargo, queda pendiente la construcción del hotel que está planificado en el complejo y que, por el momento, está pendiente de la nueva financiación para que se desarrolle. En medio de todas estas circunstancias, la sociedad deberá diseñar ahora una nueva estructura, que espera cerrar con éxito, para seguir adelante.
Pero esta circunstancia ha hecho que Deloitte, encargada de auditar las cuentas de la sociedad propietaria de Castellana 200, refleje en el informe correspondiente a las cuentas del último ejercicio la existencia de una incertidumbre en cuanto a la viabilidad de la compañía por la refinanciación pendiente.
Además, Deloitte refleja una salvedad referente a los créditos fiscales por valor de casi 42 millones de euros que la sociedad tiene registrados pendientes de compensar con beneficios futuros. El auditor estima que no hay certeza suficiente de que Castellana 200 pueda generar estas ganancias.
Por lo pronto, en 2012 la sociedad cosechó unas pérdidas superiores a los 59 millones de euros.