España es el tercer país de Europa con la luz más cara (la factura media de un hogar ronda los 800 euros al año) y sólo en 2013 el recibo ha subido en cuatro ocasiones: 3,2% en enero, 1,2% en julio, 3,2% en agosto y 3,1% en octubre.
Pero 2014 se presenta aún peor. El Gobierno ha decidido, a última hora, no conceder la partida comprometida de 3.600 millones de euros que iba destinada a erradicar el déficit de tarifa, con lo que el desajuste de los costes del sistema se incrementará este año en más de 4.000 millones. Serán así más de 30.000 millones de euros los que acumulará la 'hipoteca eléctrica' que arrastran todos los ciudadanos desde 2002 y que se estará pagando, como mínimo, hasta 2030.
La consecuencia más directa de la decisión del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que ha enmendado la plana a su compañero de Gabinete, José Manuel Soria (Industria), será la subida del recibo de la luz. Aún es pronto para anticipar en qué cuantía lo hará, pero todas las fuentes consultadas (compañías eléctricas, organizaciones de consumidores, expertos del sector…) coinciden en señalar que las subidas del recibo estarán el próximo año por encima de las aplicadas en 2013.
El nuevo desajuste del sistema eléctrico eleva a 30.000 millones el monto total de la 'hipoteca' eléctrica que todos los ciudadanos estarán pagando, cómo mínimo, hasta 2030
El Ministerio de Industria había diseñado la reforma energética con la idea de repartir el esfuerzo para cubrir los costes del sistema entre las compañías eléctricas (tradicionales y renovables), los consumidores y el Estado, pero este último puntal se ha venido abajo por mor del cumplimiento de los criterios de déficit público impuestos por Bruselas.
Se cae la aportación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) al proyecto diseñado por Soria y todo se viene abajo. El Gobierno ultima el proceso parlamentario para sacar adelante la Ley Eléctrica y los decretos y Reales Decretos que establecerán los recortes a las compañías eléctricas.
Y la única vía a la que puede acudir el Ejecutivo para aumentar los ingresos que compensen los desequilibrios es subir el recibo de la luz.
Serán de nuevo los ciudadanos los que asuman el esfuerzo necesario para equilibrar el sistema eléctrico, no ya por la vía impositiva sino por la subida directa, en un contexto de incremento de los precios de las materias primas energéticas (petróleo y gas) y mejora del clima de confianza por la leve recuperación económica.
Hay que esperar al resultado de la subasta eléctrica de la tercera semana de diciembre, pero los expertos avisan de que la luz podría subir en enero al menos un 3%
Habrá que esperar a la subasta de los precios de la electricidad que tendrá lugar en la tercera semana de diciembre, pero no hay duda, según los expertos, de que la luz subirá en enero no menos del 3%.
Desde 2007, el recibo ha subido más de un 60% y la tendencia es al alza en los próximos años. El sistema tiene que devolverle a las compañías eléctricas la gran deuda eléctrica, esa suerte de hipoteca que cual bola de nieve crece sin parar. Se creó en tiempos de Aznar para que el Gobierno no tuviese que subir la luz aunque los costes energéticos así lo exigiera.
El déficit de tarifa surge de la diferencia que hay entre el coste real que dicen las eléctricas que tiene la luz y el que pagaban los ciudadanos, siempre por debajo. Pero desde los últimos años de Zapatero y los dos que suma Rajoy, el recibo no ha parado de subir con el objetivo de reequilibrar este desfase, que hay que saldar con las grandes compañías.
España es el tercer país de Europa con la luz más cara, con subidas acumuladas del 60% desde 2007, lo que ha elevado el recibo medio por hogar a cerca de 800 euros anuales
Este fin de semana, después de que el viernes trascendiera que el PP introducía una enmienda a la Ley Eléctrica en el Senado para evitar la partida prevista, las grandes eléctricas agrupadas en Unesa han alertado de que este nuevo incumplimiento del Gobierno va a desembocar en nuevas, y fuertes, subidas del recibo.
Eduardo Montes, presidente del lobby eléctrico, cree que la medida no solo “va a hacer mucho daño” al sector, sino que “va a suponer un encarecimiento a medio plazo del recibo eléctrico”. “El que el Estado no se haya hecho cargo de esto y se lo haya dejado al sector va a ir en detrimento de la competitividad de las empresas eléctricas y las industriales, un sector que genera cientos de miles de puestos de trabajo”, añadió.
La negativa de Montoro se traduce en que el sistema eléctrico tendrá que asumir costes adicionales por valor de 3.600 millones, de los que 2.200 correspondían al crédito extraordinario no concedido por Hacienda, más 900 millones que iban a aportar los PGE para cubrir los costes extrapeninsulares y otros 500 millones adicionales.
Ni uno de estos euros llegará al sistema eléctrico.