La importancia de los fondos de inversión en la economía española, y por añadidura de todas las instituciones de inversión colectiva, se comprende mejor al comprobar que se encuentran a un paso de representar el 20% del producto interior bruto de España.
Durante el año pasado, han alcanzado un volumen patrimonial de 199.561 millones de euros, un 26% más de los activos que manejaban a finales de 2013, gracias a los 35.062 millones obtenidos en captaciones, según los datos de VDOS. Este ritmo de crecimiento ha superado las expectativas más optimistas sobre 2014, aunque se encuentra en línea con la evolución del año anterior, donde el patrimonio aumentó un 23%.
El trasvase de dinero de los ahorradores desde los depósitos hacia los fondos, principalmente, en un entorno donde es difícil encontrar una alternativa adecuada a la remuneración que han ofrecido las imposiciones durante los años posteriores a la crisis de 2008, ha facilitado este incremento espectacular de los fondos de inversión, que han recuperado durante los últimos 25 meses de suscripciones netas consecutivas más de la mitad de los 140.000 millones de reembolsos netos que sufrieron entre 2006 y 2012, según los datos de Ahorro Corporación.
Si la tendencia de estos dos años anteriores se mantiene, aunque fuese más moderada, resultaría fácil que el volumen total del patrimonio de los fondos españoles llegue a representar el 25% del PIB español. No en balde, en la actualidad se encuentran tan solo a 6.400 millones de significar el 20% del PIB, que se sitúa según los últimos datos estadísticos oficiales en 1,03 billones de euros.
La importancia de las instituciones de inversión colectiva y los fondos de pensiones en el desarrollo de la economía mundial es clave, ya que supone un 75,5% del PIB mundial, con datos estimados en 2013 por el FMI, lo que ofrece una idea de cuánto ayudan al crecimiento económico de los países la inversión de todos los actores implicados en la industria de fondos, sociedades y pensiones.
De hecho, aunque todavía persisten ciertos estigmas sobre las sicav y los fondos de inversión, lo cierto es que contribuyen al ahorro a largo plazo y evitan situaciones de crisis tan agudizadas en las economías desarrolladas. Por ejemplo, en España gran parte del ahorro familiar se encuentra todavía en activos inmobiliarios, que se han visto muy perjudicados con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, mientras que en Europa el porcentaje de ahorro financiero sobre el PIB de las familias es muy superior al de las españolas, de un 216% frente a un 174%, según un informe de Inverco.
Incluso los fondos de pensiones contribuyen también al crecimiento económico de los países desarrollados. En los países de la OCDE el patrimonio de los fondos de pensiones representa un 77% sobre el PIB, de media ponderada, mientras que en España apenas llega al 8,4% del producto interior bruto nacional. Este tipo de inversores, de perfil conservador, no realizan inversiones especulativas puesto que pretensión es fomentar el ahorro a largo plazo para poder cumplir sus futuros compromisos con los jubilados.
Con estos datos encima de la mesa, es fácil calibrar la importancia que tendría para la economía española un adecuado programa de educación financiera para que los ciudadanos comprendieran el alcance de invertir en fondos de inversión y planes de pensiones, en un entorno de verdadera competencia en el sector y facilitando la internacionalización de las firmas españolas.
