El Gobierno ha confirmado este viernes que tira la toalla en su intento de sacar adelante una 'contrarreforma laboral' que derogue los aspectos más lesivos de la reforma laboral del Partido Popular del año 2012, y se ha conformado con aprobar por real decreto-ley el registro horario con algunos matices para satisfacer a la CEOE.
"Hemos sopesado los pros y los contras de llevar un decreto-ley modificando esos aspectos y, una vez sopesados, hemos llegado a la conclusión de que no íbamos a contar con los apoyos suficientes en la Diputación Permanente porque era difícil acercar posturas", ha reconocido la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
La titular de Empleo ha señalado que no era viable intentar aprobar un real decreto-ley con asuntos en los que no se ha conseguido llegar a un acuerdo en dos años y medio, por lo que el Ejecutivo se ha conformado con aprobar únicamente el registro horario, que considera "de extrema y urgente necesidad".
"¿Fracaso o no fracaso? Yo diría que el Gobierno ha sido realista", ha dicho Valerio
Así, ha señalado que serán "el nuevo Congreso y el nuevo Senado" los encargados de trabajar en las reformas pertinentes en el mercado laboral.
Previsible enfado de los sindicatos
Los sindicatos, los más combativos con el Gobierno por este asunto, aún no han reaccionado públicamente a la decisión, pero ya habían amenazado en más de una ocasión con abandonar la negociación colectiva e intensificar sus movilizaciones si el Ejecutivo no intentaba aprobar esta reforma.
La mesa de diálogo social no había conseguido llegar a ningún acuerdo, por lo que el Gobierno había trasladado que estaba trabajando con los partidos políticos para asegurarse el apoyo parlamentario necesario para sacarlo adelante por decreto, una opción que ahora ha descartado.
"Hemos decidido que la vida sigue y que cuando llegue el momento procesal oportuno se aprobará la reforma laboral", ha señalado Valerio, que ha confesado que después del fracaso del Pacto de Toledo en lograr a un acuerdo sobre pensiones desestimaron intentarlo con la reforma laboral.
