La falta de financiación en I+D+i en nuestro país es un problema que desde el sector tecnológico, biotecnológico y sanitario se lleva denunciando más de diez años. Por lo tanto, que nuestro nivel de inversión en la investigación y el desarrollo de proyectos innovadores se encuentra muy por debajo de la media europea tampoco es ninguna novedad.
No obstante, de acuerdo con el último informe publicado por Asebio, en el que han vuelto a poner de relieve la necesidad de poner en marcha políticas públicas que fomenten el desarrollo de proyectos en este sector, la inversión ejecutada en nuestro país no sólo está lejos de Europa, sino que se encuentra al mismo nivel que países como Sudáfrica o Eslovaquia.
Los motivos que explican este dato son varios: las cifras de inversión pública no están en un nivel bajo, sino que el problema es cómo se ejecuta, ya que en muy pocas ocasiones las subvenciones se llevan a cabo de manera directa y los préstamos concedidos son muy poco flexibles.
Falta de apoyo público
Esta falta de apoyo por parte de los poderes públicos y exceso burocrático supone un doble problema: por un lado, limita la investigación, y por el otro, 'espanta' la inversión privada en el sector 'biotech'.
"España ha optado por un modelo de financiación muy sesgado hacia el préstamo, mientras que el resto de países europeos suelen optar por subvenciones directas", ha explicado el director general de Asebio, Ion Arocena. El "sistema español", por tanto, lo único que consigue es retrasar el acceso a la financiación y limitar la inversión privada.
Las financiaciones suelen recibirse incluso una vez se ha finalizado el proyecto, apunta el director general de Asebio, algo que no ocurre en países como Estados Unidos. Según ha apuntado Arocena, la "singularidad" del modelo de ayudas a la innovación de España lo único que ha conseguido es convertirse en "un lastre para el crecimiento".
Mientras que en países como Estados Unidos, Reino Unido o incluso Portugal, las ayudas públicas a la investigación y el desarrollo de proyectos innovadores -especialmente biotecnológicos- se producen de manera mucho más sencilla, con plazos de espera de como máximo 6 meses, la realidad española es totalmente diferente.
A pesar que durante 2018 creció primera vez en siete años con respecto al PIB -llegando a alcanzar el 1,2%- seguimos muy lejos de la media europea, que es de un 2,04%.
"En España vamos mal, vamos muy mal en este sentido", ha afirmado Miguel Sebastián, presente en el acto organizado por Asebio y exministro de Industria de la segunda legislatura de Jose Luis Rodríguez Zapatero, encargado de cerrar el evento.
Zapatero: "Después de Cataluña, el I+D+i debería ser la prioridad"
Zapatero ha sido incluso más tajante durante su intervención. "Después de la crisis de Cataluña, la política de I+d+i debe ser la gran prioridad de España", ha apuntado el expresidente, que se ha vanagloriado porque durante su mandato fue cuando más se incrementó el gasto en innovación.
A su juicio, esto sentó las bases sobre las cuales se ha desarrollado el sector durante los últimos diez años. "Hay que apostar por sectores como el biotecnológico porque es un sector que nos va dar alegrías", ha asegurado, ya que considera que "tenemos un momento propicio para aumentar la inversión en innovación".
En ese sentido también se ha manifestado Marta Truco, representante de la Comisión Europea, que ha reiterado en varias ocasiones la importancia que le conceden desde Bruselas al sector biotecnológico.
Según ha apuntado, "es imprescindible" que España aumente la inversión para fortalecer el tejido empresarial innovador, más bajo que el resto de sus vecinos europeos.
"La ejecución fue baja, alrededor del 30%, sobre todo por basarse en el crédito", ha señalado, al tiempo que ha alertado que la inversión pública en I+D en nuestro país es la más baja en una década, algo que ha instado a paliar lo antes posible.