La entrada de la banca española en el capital de la Sareb se completó a golpe de teléfono desde Economía. Una imposición del ministro Luis de Guindos que sólo sorteó, no sin consecuencias, BBVA. Francisco González siempre ha defendido que la inversión en el conocido como 'banco malo' no generaba valor para los accionistas de la entidad. Una percepción que también comparte, sin exteriorizarlo, el resto del sector. Tras dos años completos de actividad, los accionistas de la entidad no sólo siguen sin percibir un euro de su inversión, en forma de dividendos, sino que, por segundo ejercicio, escuchan como los responsables de la Sareb esconden el objetivo de rentabilidad marcado en su plan de negocio.
Lejos queda ya aquel complicado 14% de retorno que prometía los dos primeros planes de negocio (el original y el revisado posteriormente por KPMG). Si hace un año ya se corrigió esa previsión -"La previsión es que sea por debajo del 14%", esgrimió Jaime Echegoyen en 2014, por entonces únicamente consejero delegado de la presidencia de Belén Romana-, este martes se vuelve a rebajar el objetivo: "Las rentabilidades no son del 0%", esgrimió Manuel Gómez Gilabert, director general de Recursos Globales de la Sareb, que no quiso dar una cifra sobre el retorno al accionista.
A juicio de Gómez Gilabert, los dos primeros planes de negocio fueron un "bosquejo" que se llevó a cabo "con un conocimiento muy escaso de los activos". "Las proyecciones eran excesivas pero no renunciamos a maximizar el retorno a los accionistas", prosiguió el directivo de la Sareb. Echegoyen, el nuevo presidente, sólo se compromete a aportar "alguna rentabilidad" de la deuda subordinada al final de la vida de la compañia, dentro de 13 años. "Decir más es tener una bola de cristal", confesó.
La sociedad está a la espera de que el Banco de España defina su circular contable, que marcará el marco estable de provisiones de la Sareb
Pese a que ninguno de los planes de negocio, ni las declaraciones posteriores de Belén Romana preveían pérdidas para 2014, la sociedad cerró el ejercicio con unos números rojos de netas de 585 millones de euros en 2014, después de realizar un saneamiento contable de 719 millones al que ha obligado el Banco de España para provisionar aquellos créditos de promotores sin garantía real, impagados y en situación de concurso de acreedores. La Sareb ya tenía esta cantidad provisionada pero ahora ha tenido que llevarla a la cuenta de resultados.
Este ajuste crecerá en el futuro si nuevos créditos caen en esta categoría. Además, la sociedad está a la espera de que el Banco de España defina su circular contable, que marcará el marco estable de provisiones de la Sareb. En la actualidad, el texto se encuentra en la fase de conculstas en el Consejo de Estado.
Las pérdidas impiden a los accionistas de la Sareb percibir un sólo euro de su inversión en el banco malo por segundo año consecutivo. Una opción que no se prevé en el corto plazo según las declaraciones de sus directivos. En 2013, los bancos y aseguradoras que inyectaron capital y compraron deuda subordinada de la Sareb han perdido 150 millones, según confirman fuentes del sector, correspondientes al pago anual del 8% de los títulos de renta fija. Así, los accionistas no percibirán estos 150 millones anuales en concepto de intereses hasta que el banco malo logre un suficiente beneficio consolidado antes de impuestos.
Pese a este complicado escenario para los accionistas, los responsables de la Sareb aseguran que ninguna de las firmas privadas que apoyaron su creación han hecho "indicación alguna" de querer abandonar el accionariado de la sociedad. "Es más, hemos recibido preguntas de sí se puede entrar a fomar parte de él", confirmó el presidente del banco malo.
Echegoyen explicó que la Sareb se encuentra "cerca de un punto de equilibrio" para lograr beneficios. "Daremos beneficios tan pronto como podamos", afirmó el presidente, que se comprometió a que la sociedad no tendrá que acometer ninguna ampliación de capital aunque se mantuviesen las pérdidas.
La sociedad cerró el pasado ejercicio con un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 1.103 millones de euros, inferior a los 1.195 millones del año anterior, mientras que logró cancelar deuda por importe de 3.400 millones y prevé cancelar otros 3.000 este año.
Dos años de actividad
Asimismo, 2014, que fue el segundo año completo de actividad de la sociedad, se cerró con un incremento de la actividad basado en una "incipiente mejora del sector inmobiliario", que permitió a la empresa ingresar 5.115 millones de euros, el 23% más que en 2013. El 80% de esos ingresos procedieron de la actividad minorista, sobre todo, de la gestión de préstamos, que aportaron 3.129 millones en intereses, amortizaciones, cancelaciones y ventas.
La gestión minorista de la cartera inmobiliaria le reportó unos ingresos de 871 millones tras dar salida a 15.298 inmuebles, la mitad propios y el resto vinculados a préstamos de su propiedad. La mitad de estas operaciones se concentraron en Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. Las previsiones para el presente ejercicio presentan unas ventas de 15.000 inmuebles, una cifra inferior a las registradas en 2014. "No podemos vender perdiendo dinero", aseguró Echegoyen.
La Sareb cerró 2014, su primer año completo de actividad, con unas pérdidas de 261 millones, cinco veces por encima de las estimaciones previstas en su plan de negocio inicial, que fue reelaborado por la auditora KPMG en marzo de 2013, y auguraba unas pérdidas netas de 47 millones de euros. Las pérdidas se han reducido por efecto de un crédito fiscal de 142 millones que el banco malo ha activado en función de sus posibles beneficios a futuro.