La junta general de accionistas del Grupo Santander se saldó sin ningún altercado mayor. No obstante, hubo una nota discordante en la votación para la reelección de Bruce Carnegie-Brown, el vicepresidente del banco y responsable de la comisión de nombramiento.
Carnegie-Brown obtuvo el apoyo del 78% de los accionistas, frente al más del 95% que consiguieron el resto de ejecutivos que tenían que volver a ser admitidos. Este gap se produjo porque varios 'proxy advisor' lo culpan del fichaje frustrado del banquero italiano Andrea Orcel.
Los dueños de casi el 10% de las acciones de Santander votaron en contra de su reelección. Una cifra que aumenta, pues fueron el 14,4% de la representación en la junta general.
Es una cifra muy baja, puesto que estas reelecciones se suelen suceder sin ningún tipo de problema y con aceptaciones muy altas, como pasó con el resto del equipo o como, por ejemplo, en BBVA, cuando Carlos Torres fue reelegido como presidente con más apoyo que Francisco González, en medio de todo el escándalo por las supuestas escuchas de Villarejo.
Orcel encuentra abogado
Santander anunció el pasado mes de septiembre que era Andrea Orcel el candidato para dirigir el banco, con la intención de dar un giro internacional. Sin embargo, unos meses después, el pasado 16 de enero, la entidad anunció la paralización del nombramiento del que fuera uno de los primeros ejecutivos de UBS.
El banco presidido por Ana Botín explicó que no seguía adelante con el nombramiento al considerar inasumible tener que hacer frente en su totalidad al bonus en diferido que se había comprometido a abonar UBS, que ronda los 50 millones de euros.
Después de que el banco Santander se echara para atrás en la contratación de Andrea Orcel, el banco suizo UBS ha descartado su vuelta.
Por ese motivo, Andrea Orcel ha contratado los servicios del despacho madrileño De Carlos Remón, tal y como adelantó 'Vozpópuli', para analizar una posible demanda contra Santander por su fichaje frustrado como consejero delegado del primer banco español.
