La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha reconocido que resulta poco probable que la economía regrese a un entorno de baja inflación como el vivido antes de la pandemia de Covid-19, lo que obligará a los bancos centrales a adaptarse tras una década de "heroica lucha" contra la desinflación.
"Es improbable un regreso al entorno de baja inflación", ha admitido Lagarde durante un coloquio compartido con sus homólogos al frente del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, y la Reserva Federal de Estados Unidos Jerome Powell, así como con Agustín Carstens, director del Banco de Pagos Internacionales (BPI).
La banquera central de la zona euro ha reiterado que la institución acometerá en julio una primera subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos, a la que seguirá otra en septiembre, cuya intensidad dependerá de la evolución de los datos, empezando por la lectura preliminar de inflación de la eurozona en junio, que se publica este viernes.
"Estamos en una senda de normalización y hemos indicado claramente qué sucederá en julio", ha defendido Lagarde, para quien, a medida que se aclaren los niveles de incertidumbre, el BCE podrá actuar con mayor intensidad. Por otro lado, Lagarde ha reiterado que espera que los detalles del nuevo instrumento de la entidad para abordar la fragmentación en la eurozona sean dados a conocer en la reunión de julio del Consejo de Gobierno.