Cuando hace seis meses se curioseaba en Bruselas sobre las posibilidades que tenía Luis de Guindos de auparse a la presidencia del Eurogrupo, algunos comisarios europeos advertían del error del ministro español de Economía de vender la piel del oso antes de cazarlo. Después llegó una temporada breve en la que desde La Moncloa se presentó el ascenso en globo del responsable de la política económica como un acuerdo cerrado entre Mariano Rajoy y la canciller Ángela Merkel, hasta que, al final, se ha reconocido que el viaje puede verse frustrado por los malos resultados obtenidos por el PP en las elecciones del pasado 24 de mayo.
La inestabilidad política acabará penalizando a España en las principales decisiones de Bruselas, se opina en el Gobierno
Fuentes comunitarias comentan que antes de las pasadas elecciones europeas, lo común era presentar al Gobierno español como un icono del éxito, aplicado en las reformas y disciplinado en los compromisos contraídos con Bruselas que, finalmente, han podido sacar a España de la recesión. El apoyo a Luis de Guindos como presidente del Eurogrupo, el foro desde el que se coordina a los ministros de Finanzas de la eurozona, se concebía, pues, como un premio obligado llamado a compensar la pérdida de peso de España en las instituciones europeas. Después de estos comicios llegaron las elecciones andaluzas y, finalmente, las municipales y autonómicas. En todas ellas el retroceso del PP ha sido visible, sobre todo porque después del 24-M España ha proyectado una imagen de inestabilidad política que puede penalizarla no solo en los informes de las agencias de calificación, con una deuda pública que supera el 97% del PIB, sino también en las grandes decisiones pendientes dentro de la UE.
Fuentes del Gobierno admiten que Mariano Rajoy tiene una patata caliente en sus manos puesto que el propio Luis de Guindos ha generado tantas expectativas que si, al final, no consigue el premio, aparecerá como un ministro quemado justo cuando el presidente ultima una remodelación del Gabinete cuyo alcance se desconoce.
Dijsselbloem presentó a Juncker como un hombre entregado a la bebida
Además del batacazo del 24-M, en Bruselas se opina que en la debilidad de Guindos han acabado influyendo también algunos errores cometidos por el Gobierno. El primero, no negociar primero con Holanda, teniendo en cuenta que es uno de los aliados más fieles que Alemania ha tenido durante la crisis y que es un ministro suyo, Jeroen Dijsselbloem, quien ostenta el cargo con ambición de repetir en el mismo. Algunos diplomáticos españoles recuerdan que Dijsselbloem aspiró a una comisaría europea después de las elecciones celebradas hace poco más de un año y que no la consiguió debido a que poco antes de que Jean- Claude Juncker fuera nombrado presidente de la Comisión fue presentado por el holandés como un hombre entregado a la bebida. Como consuelo, los alemanes le dieron a Holanda la vicepresidencia de la Comisión, desde la que Frans Timmermans también ha trabajado todos estos meses en contra de los intereses españoles.
Otro error no menos importante cometido por España, según estas fuentes, ha sido presentarse ante Bruselas como un país dividido. Después de los comicios europeos, hace ahora justamente un año los eurodiputados del PSOE votaron en contra de Juncker como presidente de la Comisión siguiendo instrucciones de su secretario general, Pedro Sánchez. Fue una decisión que no entendieron las autoridades comunitarias, como tampoco el pobre apoyo que un sector del Gobierno dispensa ahora a la candidatura de Guindos. “Esto es algo que todos los socios huelen y, como hay codazos por copar los puestos de responsabilidad, el país que viene aquí dividido pierde todas las bazas”, explican fuentes comunitarias.
En el Ejecutivo se considera que Alemania no está apoyando a tope a España frente a Holanda
De todas formas, el Gobierno no se da por vencido y tratará de que el próximo jueves no se someta a votación la presidencia del Eurogrupo, pues entonces Dijsselbloem tendría todas las de ganar. La intención de Rajoy es retrasar esta decisión hasta el 13 de julio, con el fin de ganar tiempo y conseguir que Merkel se movilice. Hay un cierto sentimiento de “traición”, puesto que en el Gobierno se tiene la sensación de que Alemania no ha movido del todo sus jugadores a favor de España en un partido que considera de tercera división. A fin de cuentas, al holandés Dijsselbloem se le considera en Bruselas un testaferro del ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble.