La candidatura de Luis de Guindos a la presidencia del Eurogrupo se enfría mucho, mucho. Pero paradójicamente al menos contará con el respaldo de Grecia en tanto en cuanto no se presente nadie más. “Sólo Schäuble podría ser peor candidato que Dijsselbloem”, comentan fuente cercanas al Gobierno griego consultadas por Vozpópuli.
Y eso significaría que los helenos rechazarían al holandés y darían su respaldo a Guindos pese a unos comienzos turbulentos en los que Tsipras y Rajoy se intercambiaron severos golpes dialécticos. Siempre con el fantasma de Podemos en el aire, Rajoy apoyó en campaña a Samaras y exigió a Syriza que cumpliese con sus compromisos presupuestarios. El propio Guindos reclamó a Grecia mayores garantías cuando se le concedió una prórroga a finales de febrero. Por su parte, Tsipras acusó al presidente español de “ponerse un poco nervioso con Grecia”. “No debería traer aquí sus problemas internos”, sentenció el primer ministro heleno en referencia al ascenso del partido de Pablo Iglesias sobre el tapete político de la Piel de Toro.
Sin embargo, desde entonces las relaciones se han destensado bastante. Guindos y Varoufakis han recompuesto puentes, sobre todo después de que el español agasajase al griego con una paella en Madrid al tiempo que discutieron las posibilidades del Eurogrupo. Máxime cuando además en Atenas perciben que los enemigos están en otra trinchera y se llaman Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas alemán, y Jeroen Dijsselbloem, el holandés actual presidente del Eurogrupo y rival de Luis de Guindos por el cargo.
El tudesco no se fía de Varoufakis e incluso forzó su salida del primer plano de las discusiones sobre el rescate. Y los encontronazos con el ministro de Finanzas holandés también han sido algo bastante frecuentes. Basta recordar cómo Dijsselbloem se apresuró a desplazarse a Atenas tras la victoria de Syriza para comenzar cuanto antes las conversaciones sobre el programa de rescate. Pero no tuvo la mejor bienvenida. En una rueda de prensa a la vista de todo el mundo, Varoufakis le trasladó que quería dejar de pagar la deuda se pusieran como se pusieran en Bruselas. Entre ojiplático e irritado, el actual presidente del Eurogrupo se levantó precipitadamente de la mesa y puso pies en polvorosa, no sin antes advertir al ministro de Finanzas heleno de que no sabía lo que hacía.
No fue, desde luego, un buen comienzo. Y la cosa sólo ha ido a peor. En Grecia se le considera un mero emisario de Schäuble, quien a su vez es un fervoroso europeísta pero partidario de echar a Grecia con tal de dejar claro que las reglas hay que cumplirlas…
Precisamente los alemanes se han vuelto un tanto tibios respecto a Guindos liderando el Eurogrupo. Por un lado, piensan que Dijsselbloem ha hecho una buena labor con Grecia y que sería un error quitarle de las negociaciones en medio de todo el lío. Por otro, tampoco ven nada claro que Guindos vaya a durar mucho como ministro ante la creciente probabilidad de que los populares pierdan el Gobierno a manos de un bloque PSOE-Podemos. En ese caso, tendrían que nombrar a otro porque Berlín no quiere hacer el puesto permanente, todo con tal de evitarse un nuevo cargo fijo que le pueda disputar parcelas de poder.