España ampliará el catálogo disponible de rescates. Así lo comentan firmas del prestigio de N+1 o UBS en recientes comentarios sobre la economía doméstica. En sus estudios, ambas entidades coinciden en señalar que España precisa una ayuda financiera más profunda que el rescate bancario firmado, ya que por sus propios medios no puede salir del atolladero de ataques soberanos. prima de riesgo desbocada y mercados cerrados en el que está encerrada. A cambio, no se prevé necesariamente la imposición de una troika que se haga responsable directa de las reformas, ni tampoco una quita a la deuda. España e Italia son demasiado grandes y puede haber mecanismos de rescate a su medida, flexibles y no tan truculentos como los conocidos hasta la fecha. A la carta, en definitiva.
Los expertos consideran que el proceso se cocinará a fuego lento, con dinero de los mecanismos de estabilidad, algo de apoyo del BCE, saneamiento bancario español, reformas como contrapartida y buena voluntad entre las partes para que sobreviva el Euro. Ambas entidades descartan el modo binario que contempla o rescate total con intervención política o la salida del euro.
La capitalización del ESM en septiembre es una de las claves para que España obtenga financiación sin condiciones extremas.
N+1 tiene, de todas formas, una visión mucho más dura que UBS. En su informe titulado ¿Al borde del precipicio?, indica que “España no controla su destino desde hace meses” y que “a los actuales tipos de interés, su economía no es viable”. La compañía recientemente multifusionada (Mercapital y la británica Singer) destaca la urgencia de “romper el círculo vicioso entre recapitalización bancaria y soberana”. Para ello, contempla tres opciones, que ya son más de las dos que establece el modo binario: la primera es un programa completo de rescate, algo, sin embargo “no muy realista”, ya que “España es demasiado grande e Italia iría detrás”.
La segunda posibilidad sería un nuevo LTRO (Long Term Refinancing Operation, inyección de liquidez extraordinaria del Banco Central Europeo (BCE), que prestaba dinero en cantidad casi ilimitada al 1%, con vencimiento a 36 meses y que contribuyó a relajar las tensiones soberanas que comenzó a sufrir España en septiembre), algo insistentemente demandado desde el Gobierno español, aunque “no sería una solución en términos prácticos”, es decir, calmaría el dolor pero no curaría la dolencia.
El tercer ítem contempla las compras directas de deuda por parte del BCE o los mecanismos de estabilidad (EFSF o ESM) “sin nuevas condiciones”. Esta posibildad “es la única manera de rebajar la prima de riesgo hasta niveles sostenibles que permitan comprar el tiempo necesario para afrontar las reformas, junto a una mayor integración bancaria y fiscal”.
Amplio abanico de rescates
Por su parte, UBS da por hecho también que España deberá pedir asistencia al EFSF/ESM (Fondo de Rescate y Mecanismo de Estabilidad, por sus siglas en inglés) para financiar su deuda. Esta ayuda “no supondría un rescate integral como los de Grecia, Portugal e Irlanda, ni la toma de control de las finanzas públicas por parte de la troika”. Hay muchos mecanismos de financiación (vigentes o a punto de ver la luz) “que ofrecen un amplio abanico de opciones para lograr soporte europeo”. Rescate a la carta.
UBS descarta, por tanto, el modo binario. “Hay una gama más extensa de asistencias, más específicas y mucho más flexibles”. Lo más probable es que España “busque aliviar la presión sobre la prima de riesgo usando las facilidades de compra de deuda en el mercado primario y secundario (Primary and Secondary market bond purchases facilities), sin perder el acceso a la financiación directa”. Eso, además, sería bueno para el EFSF y el ESM, que se verían aliviados de carga.
A cambio, las nuevas modalidades de apoyos externos no implicarían la aplicación de “una quita o restructuración de la deuda en los próximos años. Al contrario, mejoraría la capacidad de repago de las emisiones a corto y medio plazo”.
Una vez firmado el Memorado de Entendimiento, UBS apuesta por que el BCE “incremente el soporte a la deuda soberana”, ya sea relanzando programas de compra de bonos (“improbable”) o relaje las exigencias a la hora de entregar bonos a descontar en el banco central, cuestión que consideran más probable.
Los informes de UBS y N+1 contemplan el apoyo del BCE de manera inexorable, pese a que el organismo emisor se resiste últimamente.
La entidad suiza tampoco prevé medidas draconianas sobre España: “hay una seria resistencia tanto de España como de sus socios europeos para pasar al siguiente nivel de rescate”.
En este sentido, asegura que el Mecanismo Europeo de Estabilidad ESM “con capacidad de prestar hasta 500.000 millones de euros”, estará listo a finales de septiembre, una vez supere el dictamen de la Corte Constitucional de Alemania. En octubre el Tesoro español afronta los mayores vencimientos por lo que la fecha del rescate light está puesta de manera implícita.
¿Qué condicionalidad acarrearía todo esto? Más objetivos en materia fiscal y macroeconómica, que implicaría “un nuevo Memorando de Entendimiento”, con exigencias para las administraciones públicas “y algunas reformas adicionales”.
Aun así, “España está lejos de un horizonte de insolvencia que obligaría a una restructuración o quita de la deuda”.
UBS acaba con un apunte optimista: “es probable que persista el deterioro de las condiciones económicas y finacieras y es posible que se requiera asistencia externa, pero esto no supondría, por supuesto, ni una intervención intergral, una quiebra del estado o un abandono de la UE”.
Menos optimista, N+1 concluye con que “tanto España como la Eurozona comienzan a ir contra el reloj. O rompen rápido este círculo vicioso o el futuro de nuestro país en la moneda única está en riesgo. Y con ello, toda la zona Euro”.