Ya muy pocos recordamos la alerta de la Organización Mundial de la Salud que durante varios días de octubre de 2015 sacudió a la opinión pública. Quien no podrá olvidarla será el sector cárnico que, tal y como se temía, ha visto reducir sus ventas desde que esta noticia salió a la luz y ha perdido un 10% del volumen y un 9% del valor.
Fue el 26 de octubre cuando la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC en sus siglas en inglés) filtró que "un alto consumo de carne en conserva y de carne roja probablemente aumenta el cáncer colorrectal", colocando de hecho la carne al mismo nivel que el tabaco y el alcohol. La información causó tal alarma que la propia OMS tuvo que matizar que "no se estaba pidiendo a la gente que dejara de comer carne". Sin embargo, tal y como afirmaron importantes empresarios del sector cárnico en diversos foros: "El mero hecho de difundir la noticia de forma irresponsable ya nos ha hecho daño". Y, al menos entre el 26 de octubre y el 27 de diciembre (fecha del estudio realizado por la consultora IRI), un 8% de los consumidores redujo su consumo después del anuncio de la OMS.
De este 8%, tan sólo un tercio han sido radicales: han sustituido la carne procesada y roja por otro tipo de productos, es decir la han eliminado completamente de su dieta. La mitad ha optado por poner menos cantidad de lo que comían antes y otros 28% vigila más las etiquetas de los productos.
Pero el 87% de los compradores españoles no ha modificado sus hábitos respecto a la carne. Un 51% declara que ya hacía un consumo moderado y otro 36% opina que el anuncio de la OMS es exagerado y ha mantenido sus hábitos como hasta ahora.
Las carnes procesadas, aquellas que están en el ojo del huracán, se han comprado sobre todo en los supermercados (un 70%).
A continuación se puede leer el informe completo de la Organización Mundial de la Salud en español, en cuya página 102 se emite el duro veredicto contra la carne procesada.