La herencia dejada por la anterior administración socialista obliga a las comunidades autónomas a devolver al Estado el dinero que recaudan a través del Impuesto sobre Patrimonio cuando se produce la liquidación definitiva del modelo de financiación. Entre el año pasado y éste, se calcula que la recaudación total por este tributo puede rondar los 1.400 millones de euros, un dinero que los gobiernos regionales tendrían que devolver entre 2014 y 2015 a Hacienda si la reforma que prepara Cristóbal Montoro no llegara a buen puerto. El ministro anunció este martes en el debate presupuestario que su equipo trabaja para que esto no suceda, en lo que supone un posible guiño para Cataluña, cuya administración es una de las que más se han quejado de este sistema y, sobre todo, una invitación a Madrid para que recupere este tributo ya que se queda sin excusas para no hacerlo.
La reforma que prepara Hacienda puede evitar que Cataluña devuelva 600 millones de euros al Estado el año que viene
El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, fue ayer el primero en alegrarse del anuncio hecho por Montoro. No en balde, Cataluña tendría que devolver el año que viene alrededor de 600 millones de euros recaudados a través de Patrimonio entre este año y el pasado si se mantiene el sistema vigente. Para tener liquidez aunque sea de forma provisional, Artur Mas decidió aumentar este impuesto el año pasado y contó para ello con el respaldo de Esquerra Republicana. Para ello, rebajó el mínimo exento de 700.000 a 500.000 euros y aumentó la tarifa entre un 5 y un 10% dependiendo de los tramos. Con ello, la Generalitat aspira a aumentar en 25.000 la base de declarantes, hasta alcanzar los 65.000.
Cataluña es, con distancia, a la comunidad que más puede beneficiar la reforma en la que trabaja Hacienda. Pero también compromete y mucho al Gobierno madrileño ya que su presidente, Ignacio González, suele argumentar que no le compensa recuperar el Impuesto sobre Patrimonio porque luego Madrid termina perdiendo toda la recaudación. En adelante, Cristóbal Montoro podrá recordarle que dispone de nuevas herramientas para aumentar sus ingresos.
En los dos últimos años, el Gobierno central ha dado a Cataluña 25.795 millones para la financiación de sus principales servicios públicos
En el debate del Presupuesto para 2014 que ayer comenzó en el Congreso no encontró hueco la apuesta soberanista en Cataluña, ni siquiera cuando intervino Durán i Lleida. A su lista de agravios relacionados con las inversiones en infraestructuras, Montoro le respondió con datos objetivos: la comunidad que dirige Artur Mas ha recibido del Estado 25.795 millones de euros desde 2012, cifra que absorbe casi el 50% de todos los recursos financieros trasladados desde el Estado a las comunidades autónomas en este periodo.
Durán i Lleida tuvo un debate de guante blanco con Montoro y habló con la vicepresidenta del Gobierno en los pasillos del Congreso
Pero la discusión entre Montoro y Durán fue de guante blanco. El ministro acentuó que Cataluña es uno de los principales motores de la recuperación económica de España y el portavoz de CiU reconoció que había estado a punto de subir a la tribuna de oradores para abrazarle porque le había recordado a Josep Tarradellas. Ironías al margen, lo vivido este martes en el Congreso, con Durán charlando amigablemente con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría por los pasillos, denota que Convergencia es una cosa y Unió otra diferente. También demuestra que en la madrileña Carrera de San Jerónimo no se respira la misma atmósfera que en el Parque de la Ciudadela, donde se asienta el Parlamento catalán. Cualquier espectador ajeno a cuanto acontece en Cataluña que hubiera asistido al debate de ayer, nunca hubiera imaginado el reto que desde esta comunidad autónoma se le ha planteado al Estado. Otro gesto a tener en cuenta: Mariano Rajoy aguantó disciplinado todo el debate, que comenzó a mediodía y se interrumpió poco antes de la comida para luego reanudarse por la tarde, hasta que Durán terminó su discurso. En las filas de CiU hay quien opina que todavía se está a tiempo de evitar el incendio.