Los datos aportados por la Administración de Información Energética de EEUU (EIA), basadas en el último informe Petroleum Supply Monthly (PSM), demuestran que la producción de petróleo crudo ha aumentado hasta unos niveles que no se veían desde 2010, avanzando a un ritmo más frenético la producción pero sin necesidad de realizar nuevas perforaciones. Se sobrepasa, con creces, el récord de 12,3 millones de b/d del año 2019.
Es tal la repercusión de la producción de crudo en EEUU, que no se espera que otro país supere, a corto plazo, estas cifras de más de 13 millones de b/d. Sin ir más lejos, la empresa saudí Saudi Aramco no llevó a cabo finalmente sus planes de aumento de capacidad de producción a 13 millones de b/d para 2027. De ahí que desde 2018, EEUU sea líder mundial en producción de petróleo crudo, superando incluso a Rusia (en más de tres millones de b/d) y a Arabia Saudí (en más de cuatro millones de (b/d).
Una posición inmejorable en el mercado
Hay que tener en cuenta que los precios elevados del petróleo están siendo utilizados por los productores de crudo de tipo Brent de EEUU, cotizando el barril por encima de los 87 dólares. De igual modo, el petróleo West Texas Intermediate (WTI) se ubica por encima de los 82 dólares.
Pese a las diferencias en materia de fluctuación, el WTI se ha mantenido siempre como el crudo de referencia más barato durante los últimos años, siendo su horquilla de precios entre los 71 y los 115 dólares. Se caracteriza porque es ligero y con menor contenido de azufre, así como con mayor calidad, que el Brent, empleado como referencia en Oriente Medio, África y Europa.
Merece la pena reseñar que la producción de crudo en América del Norte (EEUU, Canadá y México) representa casi el 20% de la oferta mundial. Solo en Dakota del Norte (tercer estado de EEUU con mayor producción de petróleo), la emisión se disparó hasta un 6,5%, es decir, 1,3 millones b/d en septiembre. Se trata de la cifra más elevada desde la registrada en marzo de 2020.
Solo hay que ver que EEUU, Rusia y Arabia Saudí representaron el 40% (32,8 millones de b/d) de la producción mundial de petróleo en 2023. Desde 1971 logran liderar el mercado, superando con creces a sus tres competidores más directos: Canadá, Irak y China, que en conjunto produjeron 13,1 millones de b/d en 2023.
Más producción, pero menos pozos
Todo ello es resultado de que los nuevos pozos son más eficientes al contar con nuevas técnicas de extracción de crudo, así como una tecnología más eficiente. La producción de EEUU representa el 16% de la producción mundial a pesar de reducir las plataformas activas desde 2014 en un 69%.
EEUU ha desarrollado con éxito las tecnologías de perforación horizontal y fracturación hidráulica (fracking) , que ha permitido aumentar la productividad de los pozos. De este modo, se puede extraer más petróleo crudo de los nuevos pozos perforados a la par que se mantiene la producción de los pozos ya heredados.
Hay que tener en cuenta que los pozos horizontales cuentan con un trazado recto, una sección de desvío, una sección de tangente y una sección horizontal. Se perfora hasta un punto sobre el reservorio y luego se desvía a un ángulo de hasta 90 grados o más. Así pues, los pozos horizontales estadounidenses son capaces de producir un depósito mayor y mejor que varios pozos perforados verticalmente.
Teniendo en cuenta el Informe de Productividad de Perforación (DRP) , el resultado es una mayor producción al combinar un aumento del bombeo de nuevos pozos con una producción sostenida entre los que ya se encuentran abiertos. Y es que merece la pena reseñar que la producción de nuevos pozos (extraído durante los primeros 12 meses) ha seguido aumentando, a la par que la producción heredada de pozos ya abiertos se ha mantenido estable desde 2021.
Perspectiva de futuro
La producción de petróleo en EEUU, que le permite ser considerada como el nuevo oro, se basa principalmente en una mayor productividad, pese a que hay menos equipos de perforación en funcionamiento. De ahí que la EIA prevea una caída en la producción durante el primer semestre de 2024, aunque aumentará nuevamente en 2025, superando el pico máximo de noviembre de 2023 en el mes de febrero del citado año 2025.
La situación es compleja para la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+), que busca una oferta de crudo tensa y unos precios más elevados en un contexto complejo.
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