Hay petróleo para más de ochenta años, aunque el precio del barril se mantendrá por encima de los 70 dólares. Son las previsiones de Roland Berger, publicadas en su estudio '¿Nos estamos quedando sin petróleo?'.
Según la consultora, el consumo de este recurso ha experimentado un crecimiento del 1,3% anual en los últimos diez años. Tras la crisis económica, la previsión es que esta tendencia se mantenga durante al menos 15 años más.
No obstante, las reservas y nuevos yacimientos hay aumentado un 3% anual en la última década, en la que el petróleo ha pasado de representar el 39% de las fuentes de energías consumidas a un 33% en 2011. Por ello, la consultora no prevé la extinción en un futuro inmediato.
El precio no bajará
Pese al aumento de las reservas, que ascienden hasta 2,7 billones de barriles de crudo según la Agencia Internacional de Energía, no se reducirá el precio del petróleo, que se mantendrá por encima de los 70 dólares durante los próximos años. Este comportamiento de los precios se debe principalmente al incremento en los costes marginales, señala el estudio.
De hecho, en ciertas circunstancias y a medio plazo, el precio del barril podría ascender hasta 170 dólares por unidad. Los nuevos descubrimientos son, generalmente, reservas no convencionales (pozos de gran profundidad, nuevas instalaciones en altamar, crudos más complicados de procesar) que necesitan de una fuerte inversión para extraerse, tratarse y mantener su rentabilidad, añade el estudio.
Además, aunque es un factor importante, Roland Berger no prevé que la inestabilidad política vaya a tener un gran impacto en la futura oferta de petróleo.
Crecimiento de la demanda
Respecto a la demanda, la consultora estima que continuará creciendo, motivada por la esperada recuperación económica en los países desarrollados después de la crisis financiera, la falta de regulación en países emergentes y los obstáculos de las fuentes de energía sostenibles, aunque con un impacto menor del crecimiento del PIB.
El estudio de Roland Berger indica asimismo que sectores como el transporte o las industrias pesadas (química, acero, cemento...) seguirán incrementando su demanda en los próximos años, dado el crecimiento de los países emergentes. Así, espera que los países que no pertenecen a la OCDE tengan un mayor peso, o incluso todo el peso del crecimiento de la demanda causado por un menor crecimiento económico y mayor eficiencia energética en estos países.